sábado, 28 de enero de 2017

CONTRACORRIENTE

…porque ellos quedarán saciados.
(Mt. 5,1- 12)



Hoy, Maestro,
sentado  junto a mis hermanos,
gusto desgranar tu palabra magna.

Escucho en el monte tu ley,
mensaje tan original como provocativo,
tan provocativo como revolucionario,
tan revolucionario como palabra pascual que es...

Llorar con los que lloran,
sufrir con los que sufren,
consolar a los desconsolados.

Amar sin buscar aplausos,   
convertirnos, sin encubrir falsedades,
abrazar la paz, aunque nos devuelvan guerras. 

Felices nosotros,
si nos complicamos la vida a causa de tu justicia,
sin miedo a la sonrisa socarrona,
a mentiras, a calumnias, a las rejas…

Felices nosotros,
si tatuamos en cuerpo y alma la cruz del Nazareno
a contrapié de la gente,
a contracorriente del mundo,
abiertos siempre a las miserias sin hogar.

Felices, Señor,
si abrazamos tu aventura,
porque 
                ¡aquí y allá, seremos saciados!

sábado, 21 de enero de 2017

JUNTO AL LAGO

…se estableció en Cafarnaúm, junto al lago.
(Mt. 4, 12-23)

Cafarnaúm, al otro lado del Jordán,
en la Galilea de los paganos,
vio tu luz.
Y resonó tu primera llamada  de Maestro.
junto al lago.

Allí,
a la vera del lago,  cuatro pescadores,
los primeros, dejando sus redes,
te siguieron…

Allí nació libre
el germen humilde de tu hoguera fecunda.
Al borde del agua,
tu evangelio echó sus raíces.

Maestro,
mi yo se rinde al reinado de tu Espíritu,
en la unidad de un mismo pensar,
de un mismo sentir.
(¡Iglesia leal!).

Y …
en la periferia de la fe
donde residen las dolencias de mi tierra,
sepa yo seguirte,
libre de toda atadura,
con la fuerza que da el agua de tu lago…

domingo, 15 de enero de 2017

CORDERO DE DIOS

Este es el Cordero de Dios…
(Jn. 1, 29-34)



¡Cordero y liberación!
A ti confío mi piel.
En ti abono mi vida.
En ti afino mi canción.

¡Divina morada humana!
En ti comprendo a mi gente,
y, hasta aprender a desangrarme,
a ti clamo con toda mi alma.

En ti, mi pascual Cordero,
disfruto lo que tengo,
hago lo bueno en secreto,
y uso tus balidos para mis lamentos.

En ti recreo mi ilusión,
en ti mi cansancio alivia al hermano,
y de la espesura de los miedos,
en ti, hago versos y oración.

Que en mí todos encuentren tu mirada,
en mí, la verdad de tu palabra,
¡Oh, Cordero de mi alma!
que vean tu camino
en mis indigentes pisadas.

domingo, 8 de enero de 2017

LA ESTRELLA

…hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
(Mt. 2. 1-12)


Es el momento de ponernos en camino
porque la Estrella ha salido
de nuevo…
y los magos regresan a Oriente
sin pasar por Herodes.

Ha caído el telón,
y, con él, los decorados multicolores,
el candor de las aspas de molinos,
el rumorcillo de los riachuelos…
y los pastores regresan a sus moradas
con suerte de pesebre en sus corazones.

La ciudad ha trocado su disfraz:
los escaparates despliegan rebajas,
el dinero predica nuevos candados,
la publicidad ya no entona villancicos...
y el Lucero tintinea
sobre el silencio de toda  puerta cerrada.

Es el momento de ponernos en camino,
porque la Estrella ha salido
de nuevo,
para crear esperanza en toda enfermedad,
para sentar al forastero en la mesa de todos,
para avivar inocencia en los niños mayores.

Llega el momento…
Hay que volver al Oriente de la vida,
¡sin pasar por Herodes!


jueves, 5 de enero de 2017

DESGARRO

Tarde de estreno enero. Tarde  
de inocente griterío, de sorpresas y juguetes,
tarde de serpentinas y caramelos. Tarde
de frío, mucho frío con mil gotas
jugando a nieve.

Plazas, calles, alamedas
bullen con griterío
de niños.
Toyotas, mercedes, audis…
en peleas de claxon y asfalto inhumano.
Entre las rendijas de codazos y la indiferencia,
desde mi volante, veo a ratos,
sólo a ratos,
al mendigo cabizbajo, colilla entre labios,
atuendo a jirones, mochila sobre lomo desgarrado.

Un hombre, con arte de mezclar los sucios
e indecisos pasos
con el sucio e impreciso suelo.
Mirada perdida en el absurdo navideño…
Y gentes más perdidas entre celofanes
con sabor a no menos absurdos euros.

Detengo mi volante. Trato de aparcar
para conseguirle un calzado digno.
Por detrás  me gritan con parpadeo vecino,
insistentemente… Acelero.
Tarde de prisas, como todas las mañanas,
como todas las tardes.

Aquel hombre quedó atrás con su silencio,
su pasamontañas viejo y negro,
su colilla entre labios ya apagada,
los raídos calcetines de sus pies
arrastrados fríamente por el suelo…

Y en el escaparate de la izquierda, lleno de gente,
lucen  estrellas, pastores, magos,
y bellos niños recostados
                       en la ternura de pesebres.