domingo, 6 de diciembre de 2020
INMACULADA
sábado, 28 de noviembre de 2020
ADVIENTO
Comenzamos un nuevo año litúrgico. El Adviento es el tiempo para abrir la Palabra de Dios que invada nuestra vida y nos ayude preparar el camino al Señor. En estos tiempos de pandemia nos parece sentir el llamado de Dios que nos invita a despertar, a no permanecer dormidos, antes bien tener los ojos bien abiertos, vigilantes para aprender a leer los signos de los tiempos, estos tiempos que domina la pandemia viral. Vigilar supone asumir, con la gracia de Dios, la responsabilidad que nos ha puesto en nuestras manos. El vigilar nos tiene que llevar a superar la superficialidad con que llevamos nuestra vida, a desmantelar los engaños que nos creamos ante las necesidades personales, que nos llevan a buscar de manera desenfrenada aquello que creemos que nos da la felicidad. Vigilar es sobre todo mirar a los hermanos alejados, pobres, abandonados en las cunetas de nuestra historia humana, y escucharles en sus propias miserias, desde nuestro corazón... Si nos mantenemos despiertos veremos las sorpresas que Dios nos da cada día, en la reconstrucción de nuestros caminos.
miércoles, 11 de noviembre de 2020
HASTA PRONTO, HERMANO
Mi querido Pepe, el cruel Covid te ha robado la vida, y nos ha robado tu sangre que portábamos… Te has ido, sin quererlo, furtivamente. Sin tiempo para el beso de despedida. Sin tiempo para rellenar ese terrible hueco de tu ausencia inesperada.
Hombre inmensamente culto, tú has hecho de la docencia una actitud creativa del día a día bajo el “carpe diem” de Horacio, como tu lema favorito, junto a ese otro tuyo que luces en tu página de Facebook: Un maestro, alumno en reciclaje permanente.
Dedicaste tu vida a la enseñanza, primero como alumno brillante (¡número uno de tu promoción!). Luego, como maestro de generaciones adolescentes has dejado una inmensa huella en tus alumnos y alumnas que hoy forman un núcleo activo de padres y madres, de Deifontes, Montillana, Calicasas y Peligros. A través de tu antigua alumna Ana Eva hemos conocido un rosario de elogios del que fuera tu alumnado que hoy llora tu ausencia. Esto dicen de ti: “don José ha marcado huellas imborrables en nuestra vida adolescente”, “qué buenos recuerdos de su magisterio, era genial en su docencia y en su cercanía humana”, “don José era un tío de gran vitalidad, lo admirábamos en su forma de enseñar”, “como don José no ha habido otro igual, ha sido un number one digno de ser emulado”… ¡Palabras que son un brindis a tu solvencia humana, intelectual y docente! Tu mesura se infiltró dulcemente en sus vidas.
Familiarmente, también has sido number one. Lo decimos todos, tu esposa María Angustias, tus hijos, tus hermanos, tus sobrinos, tus ahijados Juan Jesús y José Antonio. Y esa legión de amigos que dejas en el camino perplejos ante tu ausencia, que gozaron de tu acertada palabra y de tu media sonrisa de complacencia.
Tu luz de leal esposo, de inmenso padre, de grandioso hermano y tío, de sabio maestro, de extraordinario amigo, tu luz prevalece sobre la noche oscura que nos ha causado tu muerte imprevista.
Has sido también, hermano, mi confidente en múltiples ocasiones… Tú, honesto pintor manejando a la perfección el pincel de tu gran humanidad. De ahí, el enorme vacío que dejas en todos nosotros, como “El vacío del alma” que reza la escultura en bronce de Jean Louis Corby.
Desde
mi dolor inmensurable, brindo por tu paz en esa orilla del infinito que
alimenta mi esperanza en el más allá. ¡Hasta
pronto, hermano!
lunes, 19 de octubre de 2020
DOMUND 2020
Este año la campaña del DOMUND, la Jornada Mundial de las Misiones convocada por el Papa, se enfrenta a una situación difícil por la pandemia. «Aquí estoy, envíame» es el lema de este año.
El año pasado, el Fondo de Solidaridad
donde va a parar la aportación económica reunió 77.776.132.07 euros para
asistir al os 1.115 territorios de misión repartidos por todo el mundo. De ese
dinero, 10.527.782,81 euros provenían de España. Ese dinero ha permitido
financiar 439 proyectos en 149 territorios de misión repartidos en 39 países
La emergencia sanitaria ha provocado que no se puedan hacer las colectas con normalidad en las misas y en los colegios. Se puede colaborar a través de diferentes medios telemáticos
Para que nadie se quede sin la oportunidad
de aportar a este gran proyecto, se han preparado distintas iniciativas. Además
de las colectas en las misas se pondrán hacer donativos a través de:
-Bizum, al número 00500 desde la App del banco
-Por transferencia a Obras Misionales Pontificias en la cuenta ES32 0049
5117 28 21 1009 4950
-Llamando al teléfono 91 590 00 41, de 9,00 a 14,00 horas
-Por la web: en la página www.domund.es, utilizando tarjetas de crédito y
Paypal
martes, 13 de octubre de 2020
LOS MAESTROS ENSEÑAN PERO NO EDUCAN
Hace días leía un mensaje a través de WhatsApp, que decía, en contexto provocativo, “los maestros enseñan pero no educan”. Pensé, esta persona escribe de lo que no sabe… Es una manera más de querer confinar al magisterio al rincón aséptico del acto puramente docente. Hay gente que no es capaz de ver, y sentir, la labor constante de señores-señoras irradiando luz y calor a su alumnado. Como ha dicho el papa Francisco, “únicamente sabrán apreciarlo aquellos que se dignen girarse hacia su influjo” (cf. Palabras del Papa a los profesores en el inicio del curso actual).
Ante el WhatsApp de la amiga, he reseteado mi chip “cabreológico”, y le contesto, no sin antes recordar a Cecilia Meireles, poeta y maestra brasileña, que dejó dicho en una entrevista: “…Hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre”.
Pues bien, una
de esas personas que “marcan” es el maestro-maestra que ha pasado por nuestras
vidas.
En mi edad ya septuagenaria no se me olvida aquel hombre bueno que entraba en
el aula con paso lento y sonrisa amplia,
para regalar lo mejor de sí: la ilusión
de educar. Hoy me resulta imposible
recordar el contenido de sus clases. Pero mi memoria escolar se centra en aquel hombre que
marcó mi temprana edad. Don Manuel tenía el embrujo de enseñar para la
vida, a la luz de la gramática, la aritmética, la geografía...
Hoy nos movemos en
medio de una situación traumática, donde el Covid por un lado
y, por otro, el afán desmedido de
infravalorar cuanto se mueve en el recinto escolar hacen estragos la
convivencia. Y, en casos, hasta se pone en cuestión la autoridad moral del
maestro.
Se dan momentos, cierto, en que los maestros parecen
escorarse hacia el pesimismo o la desgana, influidos por los exabruptos de
ciertos incompetentes “on line” o presenciales, o por la incompetencia adscrita
al sillón ministerial de turno. Por suerte, no es una radiografía tomada del “común”.
Pues con o sin pandemia, es de reconocer que el binomio
maestro-familia, en ambiente de auténtica resiliencia, ha sido y es puntal de salvación de nuestros
niños e icono de madurez escolar.
Hoy como ayer, el
profesorado vive su gesta docente como
vocación. Se “deja el pellejo” proyectando la escuela como lugar de encuentro
sistemático a lomo de la educación y el aprendizaje positivo. Nos encontramos
con un dignísimo “cajón de sastre” donde retales de saberes en su caudal cognitivo se mezclan con retazos de formación
cívica, ética y de socialización afianzando
aprendizaje y educación como ¡esencia de la escuela!
Hoy, como ayer, el
maestro asume la responsabilidad
inalienable de consolidar el armazón
de valores educativos. ¡Cuánta
estrategia didáctica y técnicas de enseñanza para inculcar contenidos
axiológicos! ¡Cuánto derroche de empatía por
parte del profesorado ante la demanda de los padres que se sienten perdidos en
el devenir escolar! ¡Cuánto sentido
pedagógico se moviliza en la escuela para llevar a cabo los protocolos de
protección del coronavirus!...
María Zambrano solía decir que “sin preguntas y sin maestro estamos perdidos”. Con Don Manuel tuvimos siempre, siendo niños,
la oportunidad de adelantarnos a la
sabia afirmación de la poeta malagueña. Recuerdo que le preguntábamos muchas
cosas, cosas de niños, pero como quien se acercaba a un gran actor que maneja
su mejor papel, el de maestro. ¡Qué privilegio a nuestra corta edad soñar en un
futuro ser como D. Manuel! Como hoy soñará más de un niño o niña ser como la seño
Bea o el profe Antonio. La imagen de mi nieto Hugo deseoso de reencontrarse,
tras seis meses de confinamiento, con su seño Ruth, lo dice todo…
La escuela enseña y educa, porque sigue
habiendo maestros-maestras vocacionados, constantes, coherentes… ¡hechos con
madera de roble!
sábado, 3 de octubre de 2020
MUERE EL PAPÁ DE MAFALDA
Joaquín Salvador Lavado Tejón “Quino”, hijo de andaluces emigrados a Argentina en 1919, nació en Mendoza (Argentina) en 1932, e inició los estudios de Bellas Artes, que abandonó pronto para dedicarse a dibujar historietas de humor. Alcanzó la fama con las tiras de Mafalda. Esa niña idealista, revolucionaria, simpática, atrevida y gran luchadora social, querida en el mundo entero. El pasado 29 de septiembre cumplía 56 años. Y un día más tarde quedaba “huérfana”. Quino moría a sus 88 años en su ciudad natal entre las “lágrimas” no sólo de Mafalda, sino también de Susanita, Manolito, Felipe, Miguelito y Guille… Desde aquí nuestro homenaje a Quino, unido a la pena que embarga a millones de sus seguidores.
jueves, 17 de septiembre de 2020
HUGO VUELVE AL COLE
Parafraseando a Cicerón, me atrevo a preguntar
a los señores del atril y las videoconferencias: ¿Hasta cuándo van ustedes a
abusar de nuestra paciencia, dada vuestra falta de unidad de criterio o vuestra
dejación casi absoluta, cuando ha reinado un tiempo tan bueno, ¡6 meses por
medio!... No sé si habremos de echar manos del “polígrafo de Conchita” para
llegar a la verdad en este tiempo de confusionismo y palabrería... Pues desde
que el Gobierno se ha quitado de encima el marrón derivando a las comunidades
autónomas las competencias… se ha condenado a la postergación a los padres-madres
de alumnos, al tiempo de “volver al cole”. El
paso a paso se ha hecho eterno por sus contradicciones, a pocas “horas” de
empezar el curso.
Con la pandemia, no se sabe si el cole, al echar a andar, podrá resistir los embates del Covid-19, sembrados de dudas y miedos. O si podrá aguantar tanta disparidad de criterios que emerge a uno u otro lado de la cita escolar. El Consejero de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, ha dicho que el sitio mejor para los niños es el colegio, aunque el riesgo cero no existe. Y el propio Director de Centro de Coordinación de Alertas, Dr. Simón, epidemiólogo, asegura que los contagios desarrollados en las escuelas serán muy bajos. Distinto criterio ha manifestado un elevado número de padres, cuando ante el alarmante aumento de los rebrotes, se plantearon no llevar a sus hijos al cole y solicitar la legalización del Homeschooling, (“educación en casa”), aduciendo que se benefician todos, niños-padres-profesores, “por razones obvias”… Una alternativa pedagógica que no me acaba de convencer, a pesar de que es legal en países como Alemania, Francia, Reino Unido, etc. En cualquier caso, ante la susodicha disparidad de criterios, decididamente pongo mi mano en el fuego a favor de quienes desde la familia se confiesan “autojuzgados” en situación de inferioridad crítica respecto al Ministerio de Educación y al propio profesorado…
El dialogo es el eje revolucionario que
debe vehicular la vida escolar. Es el camino de la innovación participativa… No
se trata de artificios pirotécnicos en
esta coyuntura viral. No, es de una responsabilidad inalienable que los padres
participen en la coordinación implícita con el profesorado. Más en este tiempo
de vuelta al cole bajo la pandemia. Y, sobre
todo, cuando creemos que la comunicación humana es la piedra angular del acto
educativo.
El cesarismo, en connivencia con los
aliados populistas e independentistas, ha imposibilitado el verdadero diálogo
político y pedagógico. Bien a pesar de ello, Hugo, seis años, y sus padres
afrontan esta etapa con la nobleza que exigen los protocolos sanitarios, sin
encubrir lógicas discrepancias: las mascarillas en tal edad temprana, como la
distancia social, o el repetitivo lavado con gel hidroalcohólico, cuyo
anecdotario recoge magistralmente el ilustrador César Cámara (cf.
Internet). Los niños han sido puntualmente
advertidos, pero no sería
extraño ver algún día aparecer a mi nieto, olvidadizo, portando la mascarilla
de su “compa” Diego, tal como ha sido, en su primer día de cole, ese juego al
despiste de Hugo dándose el apretón con
Kubrat, después de tantos meses sin verse, en lugar del “codazo” de
rigor.
El diálogo familia-profesorado-gobierno (¡que
ha fallado hasta “horas” antes del
comienzo de curso!), en adelante ha de crear un clima integral más respirable
en el ecosistema escolar, sabiendo que tal diálogo es ese “sol que no se apaga durante la noche, se
nos oculta por un tiempo por encontrarnos «al otro lado», pero no deja de dar
su luz y su calor (cf. Palabras del Papa Francisco a los profesores
en el inicio del ciclo escolar actual). La imagen, pues, de los padres con sus niños
vueltos al cole, a pesar de
la pandemia y de los enfrentamientos y crispaciones de los dirigentes de turno,
no deja de ser una invitación a la esperanza.