domingo, 6 de diciembre de 2020

INMACULADA



Un sí nazareno sacudió al mundo en la persona de María, la nueva Jerusalén. La ciudad de David ya no es la ciudad  que simboliza la alianza con Dios, sino la persona  misma de la Mujer a quien no tocó el pecado, en su libre adhesión al plan de Dios. Así, un hombre del linaje de David, irrigado en las aguas del Jordán,  es el fermento de la metamorfosis futura por  gracia del  Espíritu Santo.  La concepción del Niño en las entrañas de la doncella de Nazaret se inserta en la era de la promesa, siendo Gabriel el depositario del secreto salvífico. La hostilidad entre la Mujer y el poder del mal, representado por la serpiente, cuya cabeza es aplastada por el talón original de la doncella, nos dice que no todo se ha perdido. Ella y el niño-Enmanuel no son extranjeros en el devenir de nuestra historia humana. No hay azar… ¡Dios tiene su plan!  La humanidad no va a la deriva, a pesar de tanta guerra, tanta hambre, tanta pandemia… Va avanzando en el Hijo de Dios encarnado en María, crucificado y resucitado. 

               HAS CREÍDO
Dichosa Tú que has creído 
(Lc. 1, 39-45)


Alma fiel en la noche de la turbación,
leal alborada entre dudas y misterio,
misterio de un camino sin hacer.

Y has creído,
corazón de pueblerina cabalgando cerros
para servir a Isabel en parto.

Esclava de Dios en libertad y fiesta,
brisa y gozo alumbrando el pesebre,
Tú que has creído.

Primavera esencial de altar y pascua,
remozada en el vino de Canaán...
y rama florida del leño verde.

Señora de Nazaret que has creído,
sé hogar de sonrisas apiñadas en mis lágrimas,
paz en mis desconsuelos.

Tú, que has creído 
en el Dios en ti humanizado,
no seas extranjera
por los linderos de mis huidas



sábado, 28 de noviembre de 2020

ADVIENTO

 Comenzamos un nuevo año litúrgico. El Adviento es el tiempo para  abrir  la Palabra de Dios que invada nuestra vida y nos ayude  preparar el camino al Señor.  En estos tiempos de pandemia nos parece sentir el llamado de Dios que nos invita a despertar, a no permanecer dormidos, antes bien tener los ojos bien abiertos, vigilantes para aprender a leer los signos de los tiempos, estos tiempos que domina la pandemia viral. Vigilar supone asumir, con la gracia de Dios, la responsabilidad que nos ha puesto en nuestras manos. El vigilar nos tiene que llevar a superar la superficialidad con que llevamos nuestra vida, a desmantelar los engaños que nos creamos ante las necesidades personales, que nos llevan a buscar de manera desenfrenada aquello que creemos que nos da la felicidad. Vigilar es sobre todo mirar a los hermanos alejados, pobres, abandonados en las cunetas de nuestra historia humana, y escucharles en sus propias miserias, desde nuestro corazón... Si nos mantenemos despiertos veremos las sorpresas que Dios nos da cada día, en la reconstrucción de nuestros caminos.


                                        DORMIDOS 

                                     ... y os encuentre dormidos
                                                                                            (Mc, 13, 33-37

Vigilad,
velad, velad

¡Qué fácil es oír pasivamente
estas palabras 
con su eco constante y librador
a través de los tiempos!

Vigilad, velad...

Nosotros 
los que estamos de vuelta de todo,
y la somnolencia del espíritu
nos ha arrinconado
en nuestro propio sopor...

Nosotros,
soñadores de paraísos,
olvidamos la tarea presente,
perdemos de vista la presencia del Reino
en la acción de cada día.

Velad...

Dios se manifiesta en lo imprevisto,
en la cercanía de nuestra casa,
junto al vecino,
en el indignado que clama despierto en nuestra orilla,
mientras nosotros,
adormilados, restregamos nuestra pereza
en la periferia del evangelio 

                                   ***
Sabemos, Señor, que estás cerca,
que eres dueño, el esperado de siempre,
violenta Tú nuestros sueños. Despiértanos.
No quieras que permanezcamos año tras año
aletargador sobre nuestras añoranzas vanas.

Ven, Señor,
que sin ti somos un puñado de penas a la deriva.
Ven, que tu Reino es urgencia
en este mundo anclado en sus pompas y artificios.

                                          ¡Ven, Señor Jesús!



miércoles, 11 de noviembre de 2020

HASTA PRONTO, HERMANO

Mi querido Pepe, el cruel Covid te ha robado la vida, y nos ha robado tu sangre que portábamos… Te has ido, sin quererlo, furtivamente. Sin tiempo para el beso de despedida. Sin tiempo para rellenar ese terrible hueco de tu ausencia inesperada.

Hombre inmensamente culto, tú has hecho de la docencia una actitud creativa del día a día bajo el “carpe diem” de Horacio, como tu lema favorito, junto a ese otro tuyo que luces en tu página de Facebook: Un maestro, alumno en reciclaje permanente.

Dedicaste tu vida a la enseñanza, primero como alumno brillante (¡número uno de tu promoción!). Luego, como maestro de generaciones adolescentes has dejado una inmensa huella en tus alumnos y alumnas que hoy forman un núcleo activo de padres y madres, de Deifontes, Montillana, Calicasas y Peligros. A través de tu antigua alumna Ana Eva hemos conocido un rosario de elogios del que fuera tu alumnado que hoy llora tu ausencia. Esto dicen de ti: “don José ha marcado huellas imborrables en nuestra vida adolescente”, “qué buenos recuerdos de su magisterio, era genial en su docencia y en su cercanía humana”, “don José era un tío de gran vitalidad, lo admirábamos en su forma de enseñar”, “como don José  no ha habido otro igual, ha sido un number one digno de ser emulado”… ¡Palabras que son un  brindis a tu solvencia humana, intelectual y docente! Tu mesura se infiltró dulcemente en sus vidas.

Familiarmente, también has sido number one. Lo decimos todos, tu esposa María Angustias,  tus hijos, tus hermanos, tus sobrinos, tus ahijados Juan Jesús y José Antonio. Y esa legión de amigos que dejas en el camino perplejos ante tu ausencia, que gozaron de tu acertada palabra y de tu media sonrisa de complacencia.

Tu luz de leal esposo, de inmenso padre, de grandioso hermano y tío, de  sabio maestro,  de extraordinario amigo, tu luz prevalece sobre la noche oscura que nos ha causado tu muerte imprevista.

Has sido también, hermano, mi confidente en múltiples ocasiones… Tú, honesto pintor manejando a la perfección el pincel de tu gran humanidad. De ahí, el enorme vacío que dejas en todos nosotros, como “El vacío del alma” que reza la escultura en bronce de Jean Louis Corby.

Desde mi dolor inmensurable, brindo por tu paz en esa orilla del infinito que alimenta mi esperanza en el más allá. ¡Hasta pronto, hermano!

 

lunes, 19 de octubre de 2020

DOMUND 2020


 Este año la campaña del DOMUND, la Jornada Mundial de las Misiones convocada por el Papa, se enfrenta a una situación difícil por la pandemia. «Aquí estoy, envíame» es el lema de este año.

 Las cifras

El año pasado, el Fondo de Solidaridad donde va a parar la aportación económica reunió 77.776.132.07 euros para asistir al os 1.115 territorios de misión repartidos por todo el mundo. De ese dinero, 10.527.782,81 euros provenían de España. Ese dinero ha permitido financiar 439 proyectos en 149 territorios de misión repartidos en 39 países

 Colaboración

La emergencia sanitaria ha provocado que no se puedan hacer las colectas con normalidad en las misas y en los colegios. Se puede colaborar a través de diferentes medios telemáticos

Para que nadie se quede sin la oportunidad de aportar a este gran proyecto, se han preparado distintas iniciativas. Además de las colectas en las misas se pondrán hacer donativos a través de:

-Bizum, al número 00500 desde la App del banco

-Por transferencia a Obras Misionales Pontificias en la cuenta ES32 0049 5117 28 21 1009 4950

-Llamando al teléfono 91 590 00 41, de 9,00 a 14,00 horas

-Por la web: en la página www.domund.es, utilizando tarjetas de crédito y Paypal

 Un Domund en medio de la pandemia. Sin embargo, estas circunstancias también han puesto de manifiesto que el papel de la Iglesia es crucial para los más necesitados en países de África, Asia y América. Allí la Iglesia está en primera línea en la lucha contra el virus, la pobreza y el hambre. El Domund es una oportunidad para apoyar su trabajo y conseguir que las misiones puedan seguir abiertas en esta crisis sanitaria», ha indicado el delegado diocesano de Misiones.

martes, 13 de octubre de 2020

LOS MAESTROS ENSEÑAN PERO NO EDUCAN

 


Hace días leía un mensaje a través de WhatsApp, que decía, en contexto provocativo, “los maestros enseñan pero no educan”. Pensé, esta persona escribe de lo que no sabe…  Es una manera más de querer confinar al magisterio al rincón aséptico del acto puramente docente.  Hay gente que no es capaz de ver, y sentir,  la labor constante de señores-señoras irradiando luz y calor  a su alumnado.  Como ha dicho el papa Francisco,  únicamente sabrán apreciarlo aquellos que se dignen girarse hacia su influjo” (cf. Palabras del Papa a los profesores en el inicio del curso  actual).

Ante el WhatsApp de la amiga, he reseteado mi chip “cabreológico”,  y le contesto, no sin antes recordar a  Cecilia Meireles, poeta y maestra brasileña, que dejó dicho en una entrevista: “…Hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre”.

Pues bien, una de esas personas que “marcan” es el maestro-maestra que ha pasado por nuestras vidas. En mi edad ya septuagenaria no se me olvida aquel hombre bueno que entraba en el aula con paso  lento y sonrisa amplia, para regalar lo mejor de sí:  la ilusión de educar.  Hoy me resulta imposible recordar el contenido de sus clases. Pero mi memoria escolar  se centra en aquel  hombre que  marcó mi temprana edad. Don Manuel tenía el embrujo de enseñar para la vida, a la luz de la gramática, la aritmética, la geografía...

Hoy nos movemos en medio de una situación traumática, donde el Covid  por un lado  y,  por otro, el afán desmedido de infravalorar cuanto se mueve en el recinto escolar hacen estragos la convivencia. Y, en casos, hasta se pone en cuestión la autoridad moral del maestro.

Se dan  momentos, cierto, en que los maestros parecen escorarse hacia el pesimismo o la desgana, influidos por los exabruptos de ciertos incompetentes “on line” o presenciales, o por la incompetencia adscrita al sillón ministerial de turno. Por suerte, no es una radiografía tomada del “común”.  Pues con o sin pandemia,  es de reconocer que el binomio maestro-familia, en ambiente de auténtica resiliencia,  ha sido y es puntal de salvación de nuestros niños e icono de madurez escolar.

Hoy como ayer, el profesorado  vive su gesta docente como vocación. Se “deja el pellejo” proyectando la escuela como lugar de encuentro sistemático a lomo de la educación y el aprendizaje positivo. Nos encontramos con un dignísimo “cajón de sastre” donde  retales  de saberes en su caudal  cognitivo se mezclan con retazos de formación cívica,  ética y de socialización afianzando aprendizaje y educación como ¡esencia de la escuela!

Hoy, como ayer, el maestro asume la responsabilidad  inalienable  de consolidar el armazón de valores educativos. ¡Cuánta estrategia didáctica y técnicas de enseñanza para inculcar contenidos axiológicos! ¡Cuánto derroche de empatía por parte del profesorado ante la demanda de los padres que se sienten perdidos en el devenir escolar!  ¡Cuánto sentido pedagógico se moviliza en la escuela para llevar a cabo los protocolos de protección del coronavirus!...

María Zambrano solía decir que “sin preguntas y sin maestro estamos perdidos”.  Con Don Manuel tuvimos siempre, siendo niños,  la oportunidad de adelantarnos a la sabia afirmación de la poeta malagueña. Recuerdo que le preguntábamos muchas cosas, cosas de niños, pero como quien se acercaba a un gran actor que maneja su mejor papel, el de maestro. ¡Qué privilegio a nuestra corta edad soñar en un futuro ser como D. Manuel! Como hoy soñará más de un niño o niña ser como la seño Bea o el profe Antonio.  La  imagen de mi nieto Hugo deseoso de reencontrarse, tras seis meses de confinamiento, con su seño Ruth, lo dice todo…

La escuela enseña y educa, porque sigue habiendo maestros-maestras vocacionados, constantes, coherentes… ¡hechos con madera de roble!

 

sábado, 3 de octubre de 2020

MUERE EL PAPÁ DE MAFALDA

 


Joaquín Salvador Lavado Tejón  Quino”,  hijo de andaluces emigrados a Argentina en 1919, nació en  Mendoza  (Argentina)  en 1932, e inició los estudios de Bellas Artes, que abandonó pronto para dedicarse a dibujar historietas de humor.  Alcanzó la fama con las tiras de Mafalda.  Esa niña idealista, revolucionaria, simpática, atrevida y gran luchadora social, querida en el mundo entero.  El pasado 29 de septiembre cumplía 56 años. Y un día más tarde quedaba “huérfana”. Quino moría a sus 88 años en su ciudad natal entre las “lágrimas” no sólo de Mafalda, sino  también de Susanita, Manolito, Felipe, Miguelito y Guille…  Desde aquí nuestro homenaje  a Quino, unido a la pena  que embarga a millones de sus seguidores.



jueves, 17 de septiembre de 2020

HUGO VUELVE AL COLE

 

Parafraseando a Cicerón, me atrevo a preguntar a los señores del atril y las videoconferencias: ¿Hasta cuándo van ustedes a abusar de nuestra paciencia, dada vuestra falta de unidad de criterio o vuestra dejación casi absoluta, cuando ha reinado un tiempo tan bueno, ¡6 meses por medio!... No sé si habremos de echar manos del “polígrafo de Conchita” para llegar a la verdad en este tiempo de confusionismo y palabrería... Pues desde que el Gobierno se ha quitado de encima el marrón derivando a las comunidades autónomas las competencias… se ha condenado a la postergación a los padres-madres de alumnos, al tiempo de “volver al cole”. El paso a paso se ha hecho eterno por sus contradicciones, a pocas “horas” de empezar el curso.

Con la pandemia, no se sabe si el cole, al echar a andar,  podrá resistir los embates del Covid-19, sembrados de dudas y miedos. O si podrá aguantar tanta disparidad de criterios que emerge a uno u otro lado de la cita escolar. El Consejero de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, ha dicho que el sitio mejor para los niños es el colegio, aunque el riesgo cero no existe. Y  el propio Director de Centro de Coordinación de Alertas, Dr. Simón, epidemiólogo, asegura que los contagios desarrollados en las escuelas serán muy bajos.  Distinto criterio ha manifestado un elevado número de padres, cuando ante el  alarmante aumento de los rebrotes, se plantearon no llevar a sus hijos al cole y solicitar la legalización del Homeschooling,  (“educación en casa”),  aduciendo que se benefician todos,  niños-padres-profesores, “por razones obvias”… Una alternativa pedagógica que no me acaba de convencer, a pesar de que es legal en países como Alemania, Francia, Reino Unido, etc.  En cualquier caso, ante la susodicha  disparidad de criterios, decididamente pongo mi mano en el fuego a favor de quienes desde la familia  se confiesan “autojuzgados” en situación de inferioridad crítica respecto al Ministerio de Educación y al propio profesorado…

El dialogo es el eje revolucionario que debe vehicular la vida escolar. Es el camino de la innovación participativa… No se trata de  artificios pirotécnicos en esta coyuntura viral. No, es de una responsabilidad inalienable que los padres participen en la coordinación implícita con el profesorado. Más en este tiempo de vuelta al cole  bajo la pandemia. Y, sobre todo, cuando creemos que la comunicación humana es la piedra angular del acto educativo.

El cesarismo, en connivencia con los aliados populistas e independentistas, ha imposibilitado el verdadero diálogo político y pedagógico. Bien a pesar de ello, Hugo, seis años, y sus padres afrontan esta etapa con la nobleza que exigen los protocolos sanitarios, sin encubrir lógicas discrepancias: las mascarillas en tal edad temprana, como la distancia social, o el repetitivo lavado con gel hidroalcohólico, cuyo anecdotario recoge magistralmente el ilustrador César Cámara (cf. Internet).  Los niños han sido puntualmente advertidos, pero no sería extraño ver algún día aparecer a mi nieto, olvidadizo, portando la mascarilla de su “compa” Diego, tal como ha sido, en su primer día de cole, ese juego al despiste de Hugo dándose el apretón con  Kubrat, después de tantos meses sin verse, en lugar del “codazo” de rigor.

El diálogo familia-profesorado-gobierno (¡que ha fallado hasta “horas” antes  del comienzo de curso!), en adelante ha de crear un clima integral más respirable en el ecosistema escolar, sabiendo que tal diálogo es ese “sol que no se apaga durante la noche, se nos oculta por un tiempo por encontrarnos «al otro lado», pero no deja de dar su luz y su calor (cf. Palabras del Papa Francisco a los profesores en el inicio del ciclo escolar actual). La imagen, pues, de los padres con sus niños vueltos al cole, a pesar de la pandemia y de los enfrentamientos y crispaciones de los dirigentes de turno, no deja de ser una invitación a la esperanza.