miércoles, 30 de octubre de 2019

BERTITA


En estos momentos de nuestro Getsemaní humano, cuando el sufrimiento nos aprieta por todos lados, no nos dejamos aplastar por la desesperación, imitamos la grandeza de Berta María, mi sobrina. ¡Qué buen ejemplo nos ha dejado! Miramos al Cielo para descubrir sus guiños de mujer fuerte. El dolor de estos días nos ha arrancado muchas  lágrimas, demasiadas lágrimas, pero con ellas hemos tenido el coraje de regar la oración en la esperanza de una Vida nueva, donde la podremos abrazar de nuevo todos con sus hijos Carlitos, Bertita y su más pequeña Nerea, ¡ellos los primeros! Será la Meta que alcanzaremos todos, con la promesa del Resucitado, tras pasar  los umbrales de cada Gólgota…
Permitidme, mis amigos, este poema que os ofrezco en su nombre, desde la capilla del Tanatorio de San Fernando (Cádiz). Ella seguro que lo ha seguido desde su paz del Cielo, porque el “hilo” con ella no se ha cortado, ni ha tenido interferencias. Y desde ahora siempre tendrá máxima cobertura…  

                 BERTITA


Con Berta, para siempre mi Bertita,
siento ya correr una brisa alada
de mujer, esperanza apasionada,
de madre, consuelo y fuerza bendita.

La lámpara en su alcoba encendida,
en su corazón la cruz bien grabada,
digna esposa de dolor consagrada
y en el cielo en multitud recibida.

Lágrimas hoy queman ojos mortales,
¿Por qué, Señor, la llevaste veloz?
¡Prodigio de misterios esponsales!

Era pan y cáliz. ¡Se fue contigo!
Oblación, dolor de ausencia precoz
¡Bendito tú buen Dios, mi Cristo amigo!


domingo, 27 de octubre de 2019

DESCONCERTANTE


Bajó a su casa justificado.
(Lc.18, 9-14).


El fariseo ha subido al templo
a dar gracias por ser religiosamente justo.
El publicano, religiosamente odiado,
se golpea el pecho, acurrucado al muro.

El fariseo se mira en su propio espejo. Se ve grande.
El publicano se mira al espejo de su culpa.
Se ve pequeño.
Aquel juzga en su severidad al publicano.
Éste juzga severamente su abatido dolor.

El fariseo se esconde en su coraza,
complacido.
El publicano se duele de su nada, inseguro,
escondido en su pecado.
El fariseo no roba, no mata y hasta ayuna,
así justifica su oficio,
y con su diezmo a la vista de todos,
en el cepillo del templo.
El publicano llora su silencio entre las columnas,
con la oración, y la mirada en el suelo.

El fariseo se despide del altar, erguido
y cumplidor.
Huele a vacío de Dios.
El publicano, vacío de sí mismo, baja a su casa.
No se ha despedido.
¿Para qué?
Si Dios y el Templo van con él…

viernes, 25 de octubre de 2019

¡HASTA CUÁNDO, SEÑOR!


Un bebé abrazado a su madre en el fondo del Mar Mediterráneo. Eso es lo que encontraron los buzos el pasado 15 de octubre a sólo 10 kilómetros de la costa de Lampedusa, Italia. No puedo quitarme esa imagen de la cabeza. Madre y bebé, junto con otras 28 personas, buscaban una vida mejor y se encontraron con la muerte. No lo habrás leído en casi ningún medio de comunicación, ni en el Twitter de ningún líder político. ¡¡¡Maldita indiferencia!!!
Lo peor es saber que se podía haber evitado. Oscar Camps, presidente de Open Arms, cuenta que su barco estaba en la zona, a pocas millas, y que vieron hasta tres aviones militares sobrevolando la zona, pero nada, no les avisaron. Las ONG siguen criminalizadas. La bondad no se lleva, nuestros dirigentes prefieren la indecencia.

El Mediterráneo sigue siendo el cementerio de la ignominia humana.

sábado, 19 de octubre de 2019

DÍA Y NOCHE


…orar siempre sin desanimarse.
(Lc.18, 1-8)


Importuna. Sin rendirse en su soledad.
Escondida en su viudez clama justicia
día y noche,
lejos del escondrijo de las rutinas,
o de servidumbres mágicas.

A la luz de tu parábola, Jesús,
aunque el Cielo difiera el plazo de la escucha,
mi oración ha de ser cordón umbilical
de comunión contigo, sin desmayo,
en la calle, al volante, en el campo,
en el cine, en el baile, en el trabajo,
en el hospital…

Importuno ante las urgencias de hambres,
odios, guerras, paro…
y ante mis propias derrotas.

Sea, pues, mi oración
palabra reparada en la viuda de tu parábola.
¡Dulce conquista de mi alma!

jueves, 17 de octubre de 2019

¿QUÉ HACER?


CIFRAS ENTRE EL DOLOR Y LA ESPERANZA.


En el mundo, 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y 820 millones desnutrición crónica
Una de cada nueve personas no puede acceder de manera regular a una alimentación adecuada y suficiente
En 2018 Manos Unidas aprobó 564 nuevos proyectos por un valor de 35.903.339 € en 54 países de África, Asia y América para luchar contra el hambre y la erradicación de la pobreza

sábado, 12 de octubre de 2019

A GRANDES GRITOS


Se volvió alabando a Dios a grandes gritos…
(Lc.17, 11-19)

De lejos,
he oído gritar compasión a diez leprosos.
Ellos, nueve judíos,
y tú, samaritano, extranjero.

En vuestra marginación,
todos habéis hallado igual gracia en el Nazareno.
Quedasteis limpios en el camino del templo.

Tus compañeros instalados en el ceremonial
de la Ley,
no tuvieron tiempo para maravillarse.
Tú, samaritano, el más excluido,
volviste dando gloria al Maestro,
sin arrogarte ningún derecho.

Tu ley no estaba en el templo,
sino en tu inmediata vuelta a Él.
Sin miedo,
sin ninguna vergüenza volviste sobre tus pasos limpios,
gritando tu fe naciente.

La gratitud no está vinculada a ninguna aldea,
pero tu testimonio revela ese vacío religioso,
que confiesa nuestra propia lepra.

martes, 8 de octubre de 2019

MI MAESTRO


Me uno a cuantos en el Día del Docente han recordado a sus maestros, tantos maestros buenos que han dejado una impronta feliz en nuestros corazones... Y de manera especial  dedico este poema a Javier Teijeiro Piñón, cantor de la docencia, 
y recordando a don Manuel Masdías, MI MAESTRO en Ferrol...


Muy culto él. Poeta y bonachón.
De barba desgreñada  y sombrero ladeado.
Su palabra alentaba mis cándidos pasos,
Y en mi pupitre tatué su nombre,
tímidamente
enarcado sobre mi párvula talla.

Con salero, me enseñaba los números,
y la historia, y la geografía, y la gramática...
Yo gozaba aprendiendo y él gozaba
desbrozando mis sombras. Lecciones
de vida, que tallaba en mi nido.

Paciencia, día tras día… La voz nunca alzaba.
Embrujo de arte era su enseñanza,
como renuevos de aurora, su vejez.
Las mañanas frías parecían cálidas
en el aula,
y las tardes macizas resultaban gratas.

Era yo un niño, y niño todavía, quería andar
soñando  sobre su rastro…  Soñando,
quería  ser como él de hombre,
emulando sus clases sin murallas.

En noche de otoño,
su frágil salud le jugó la última pasada.
Y con la luz pálida de la luna menguante,
partió mi Maestro…

El timbre de la escuela sonó a huérfano
y nenúfares negros nacieron en mis lágrimas.
En mi pupitre, un día tatué su nombre,
y en mi corazón,
tatuado quedó para siempre.


sábado, 5 de octubre de 2019

CREER


Si tuvierais fe…
(Lc.17, 5-10)

Creer es navegar a contracorriente
en la noche del alma,
siguiendo la estela que va marcando
el pescador de Galilea.

Creer no es entrar en un laberinto
de credos, entonando amén, amén,
perdidos sumisamente en la obediencia
a cualquier precio.

Fe es optar
radicalmente por el Evangelio.
Es jugarse audazmente la vida por el Nazareno.

Fe es aferrarse al Camino,
donde el consuelo abraza al leproso,
y las lágrimas ruedan con el amigo.
Donde la comprensión se hace amante en Magdala,
y látigo en el templo.
Donde se torna palabra de Paraíso
en el compañero de cruz arrepentido.

Fe es hacerse a las aguas del Jordán,
heraldo de conversión permanente
en clave de gozo pascual.