martes, 8 de octubre de 2019

MI MAESTRO


Me uno a cuantos en el Día del Docente han recordado a sus maestros, tantos maestros buenos que han dejado una impronta feliz en nuestros corazones... Y de manera especial  dedico este poema a Javier Teijeiro Piñón, cantor de la docencia, 
y recordando a don Manuel Masdías, MI MAESTRO en Ferrol...


Muy culto él. Poeta y bonachón.
De barba desgreñada  y sombrero ladeado.
Su palabra alentaba mis cándidos pasos,
Y en mi pupitre tatué su nombre,
tímidamente
enarcado sobre mi párvula talla.

Con salero, me enseñaba los números,
y la historia, y la geografía, y la gramática...
Yo gozaba aprendiendo y él gozaba
desbrozando mis sombras. Lecciones
de vida, que tallaba en mi nido.

Paciencia, día tras día… La voz nunca alzaba.
Embrujo de arte era su enseñanza,
como renuevos de aurora, su vejez.
Las mañanas frías parecían cálidas
en el aula,
y las tardes macizas resultaban gratas.

Era yo un niño, y niño todavía, quería andar
soñando  sobre su rastro…  Soñando,
quería  ser como él de hombre,
emulando sus clases sin murallas.

En noche de otoño,
su frágil salud le jugó la última pasada.
Y con la luz pálida de la luna menguante,
partió mi Maestro…

El timbre de la escuela sonó a huérfano
y nenúfares negros nacieron en mis lágrimas.
En mi pupitre, un día tatué su nombre,
y en mi corazón,
tatuado quedó para siempre.


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