sábado, 7 de junio de 2014

EL TORRENTE

De sus entrañas manarán torrentes
de agua viva.
(Jn. 7, 37-39)


Pentecostés, torrente de luz,
en la oscuridad de nuestras vidas.
Ven, Espíritu Santo,
abre nuestras ansias de verdad.

Pentecostés, torrente de alegría,
en el mundo de nuestras tristezas.
Ven, Espíritu Santo,
derrocha consuelo en nuestros corazones.

Pentecostés, torrente de verdad
en este planeta nuestro que habla la mentira.
Ven, Espíritu Santo,
lánzanos a la calle con urgencia de Buena Nueva.

Pentecostés, torrente de paz
en este suelo nuestro donde gritan las metrallas.
Ven, Espíritu Santo,
invádenos de concordia y armonía.

Pentecostés, torrente de fraternidad
en medio de nuestra estepa humana.
Ven, Espíritu Santo,
asédianos de bondad y solidaridad.

Destruye nuestros miedos,
torrente de agua viva,
y lánzanos a construir un mundo nuevo y mejor.

¡Que ésta es la hora!
Rompe, pues, los cerrojos de nuestros corazones
y renueva la faz de nuestra tierra.

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