sábado, 31 de enero de 2015

CAFARNAÚM

Llegó Jesús a Cafarnaúm...
(Mc. 1, 21-28)

¡Cafarnaúm!
asombro en la sinagoga, 
asombro en tu enseñanza,
asombro en sábado prohibitivo...

Entre tanto asombro,
tu palabra, Maestro, se vacía
en tu humanidad
que no halaga los oídos
de sacerdocios fariseos.

Tu palabra es autoridad
no comprada en los privilegios.
Es Cafarnaúm hecho
voz que enmudece  leyes y ritos.

¡Cafarnaúm!, 
sello indeleble hasta que te fijen en la cruz.
Mensaje sublime,
indefectible aliado de los que sufren.

No quieras, Maestro,
que me muera yo en el asombro
de los galileos felices en su sinagoga.

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