lunes, 2 de noviembre de 2015

CRUZAR LA PUERTA

Consolaos mutuamente con estas palabras.
 (I Tes. 4,13-18)



Veo  la muerte agazapada tras el telón, 
como cruz fugitiva y cáliz amargo,
compañera infiel de mis alegrías
en el itinerario de todas las incertidumbres...

En Él, 
veo la esperanza
también agazapada tras el telón.

Él, desde el madero,
ya ha levantado el telón de todas las vidas,
y la muerte allí prendida
ha dejado de ser ciego destino.

             Llorar,
             sufrir, 
             morir, 
             venturosa travesía hacia la luz sin fin.

La muerte es conciencia de mi partida,
pasaje a la eterna sonrisa tras el sueño
de una mala noche.

¡Qué gozo, Padre,  cruzar la puerta,
cuando caiga definitivamente el telón!

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