domingo, 29 de noviembre de 2015

EN PIE


… y manteneos en pie ante el Hijo del Hombre.
 (Lc. 21, 25-28. 34-36)

Al papa Francisco, profeta de hoy en sus diferentes y comprometidos viajes pastorales, estos días en África, y -¿cómo no?- siempre profeta en su propia casa, el Vaticano. Que el Espíritu materno de Dios lo mantenga "en pie", en el gozo de su fidelidad al Evangelio.


              Es tiempo de reencuentro.
Pongámonos de pie
que Él está  ahí. Nunca se fue.
Si acaso, le hemos perdido la pista…

Levantemos la mirada por encima
de la muchedumbre que empaña
los ojos del corazón.
Él está ahí. Nunca se fue.
Él es nuestra liberación, prodigio de Dios.

Vamos a su encuentro, no esperemos más.
Deja que truenen los truenos,
deja que enloquezca el oleaje,
deja al sol, a la luna, a las estrellas con sus signos…
Salgamos con pie firme a su encuentro.

Recobremos el aliento para espabilar el corazón
maltrecho y desaliñado…
Afinemos el oído que Él es soplo
en silencioso de esperanza
entre el cortejo de inmensos ruidos.

En pie, hermanos. Es el Hijo del hombre.
Él es poder y gloria, maravilla de Dios.

                                   ¡Él es nuestra liberación!

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