miércoles, 31 de octubre de 2018

DICHOSOS


Y Él se puso a hablar,
enseñándoles: Dichosos… (Mt. 5, 1-12)


Tú lo has dicho, Señor!
Dichosos nosotros, si no triunfa en nuestro corazón
la engañadora confianza en las riquezas.
Dichosos, si no genera nuestro corazón
envidias, calumnias o actitudes vengativas hacia los hermanos.
Dichosos, si invadimos nuestro corazón de las mismas lágrimas
que llora gran parte de la humanidad.

¡Tú lo has dicho, Señor!
Felices nosotros, si nos dejamos el pellejo
en la hondura del hambre y de la sed de nuestros hermanos.
Felices, si libramos la batalla a nuestro egoísmo
y hacemos de la misericordia el trono de nuestros gozos.
Felices, si convertimos la negrura de nuestras vidas
en luz radiante, en transparencia cristalina.

¡Tú lo has dicho, Señor!
Bienaventurados, nosotros si alzamos la bandera de la paz
desde la orilla de nuestro corazón hasta los horizontes lejanos.
Bienaventurados, si no nos rendimos ante las injusticias,
si no capitulamos ante el riesgo de ser perseguidos
por tu causa, Señor.

¡Tú mismo lo has dicho, Señor Jesús!
Que ya, ¡desde ahora!,
nos has inscrito en tu agenda.

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