sábado, 17 de noviembre de 2018

LA HIGUERA


Aprended lo que os enseña la higuera…
(Mc. 13, 24-32)

En el umbral de tu tiempo, Señor,
nos invade una visión pesimista del mundo
amorronado al apagón
-¿aparente?-,
de tu luz admirable.

Pero ya
brotan yemas en las tiernas ramas de tu humanización
compartida
-¡anuncio de nueva vida!-,
a pesar de ventiscas invasoras.

Tu higuera nos da motivos para la esperanza
pero nos inquieta
la morfina que retiene la ilusión de cada día.

Tú, Señor,
luz humanizada en la tiniebla inmensa,
enséñanos a mirar a nuestras yemas…

Que nadie oprima la raíz de tu higuera.
Que nosotros somos retoños de buena noticia,
en el devenir lento
-¡incomprensiblemente lento!-
de tu acción salvadora.



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