lunes, 23 de marzo de 2020

CEGUERA


…vio a un hombre ciego de nacimiento.
La peor pandemia está en el corazón...
(Jn, 9,1-41)

Padezco ceguera, Señor.
Pues, no acabo de verte en el extranjero que me ofrece
un manojo de discos a cambio de unas monedas.
Ni en el vecino
que perturba mi sueño solicitando ayuda.
Ni siquiera, tal vez,
en el sollozo del niño que no puede dormir…

Padezco ceguera, Señor, pues no acabo de entender
que mi corazón debe ser inaccesible a todo egoísmo,
que mis manos deben correr hacia el mendigo,
que mi bolsillo no debe gruñir porque esté vacío,
que mis labios no deben perderse entre rezos vanos.

Tras la ceguera de cada noche mía
de infortunios y olvidos,
qué prodigio la contemplación de tu luz de cada día…

Señor, déjame que yo ponga el barro,
pon Tú la saliva. Y úngeme.
Tú serás la luz de mis ojos, y de mi vida.
Y yo, como en un nuevo nacimiento,
venceré mi ceguera,
y seré portador de tu luz admirable..

Una pandemia para la solidaridad



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