…un sitio tranquilo a descansar un poco.
(Mc. 6, 30-34)
Verano... un espacio tranquilo
para valorar lo positivo,
relativizar lo negativo,
intensificar lo espiritual,
sacudir la rutina de los meses de atrás…
¡y hacer balance de nuestra vida!
¡y hacer balance de nuestra vida!
…
¡Venid a un lugar tranquilo! Nos dices Tú,
el Señor de la misión.
Sentaos a junto a mí,
reparad vuestras fuerzas vencidas,
recuperad las sonrisas olvidadas.
Y todo,
lejos del acoso ingente de los herodes de turno,
lejos del ladrido de las despensas vacías,
lejos del zarpazo frenético del estrés de ayer,
de las prisas alocadas de cada día.
¡Venid a un lugar tranquilo!
A descansar un poco,
sin bajar la guardia, pues
hay que seguir escuchando en la paz,
las angustias humanas,
incomprensibles…
…
Verano,
un espacio tranquilo para darnos a ti, Señor.
Que sepamos detener el ritmo trepidante de nuestro asfalto.
Que te encontremos a ti en el sosiego mutuo,
en la ternura compartida,
en tu encanto sensiblemente global.
A ti, Jesús, que ni en medio de tu descanso
te ha estorbado la gente.
¡A ti, Jesús, en este verano!…
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