sábado, 14 de julio de 2012

EL ENVÍO

Llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos…
(Mc. 6, 7-13)




Discípulos del Galileo,
ante un ambiente hostil,
os envía el Maestro, de dos en dos,
al radicalismo itinerante y dinámico
de la austeridad,
de la libertad,
de la fraternidad,
con proyecto de aliviar las cruces del aulagar humano.

Y allá vais...  Tan sólo portáis una tarjeta de garantía,
no atrincherada en el comodidad,  en las modas y aplausos
ni en los ritos fosilizados que no informan la vida.
Portáis su Palabra. Y eso basta.

Camináis con autoridad.
Con esa autoridad que sólo se cotiza al alza
lejos de las estructuras complejas del templo,
sin más provisión de ruta que esa convicción nazarena
que levanta ilusiones
y fustiga el aburguesamiento.

Vais libres para servir al pueblo.
Libres. Sin el arsenal de la arrogancia
que crean los dineros,
o los poderes
o las complacencias.

Únicamente, 
proyecto de humanizar nuestro suelo,
proyecto de dulcificar todo sufrimiento,
proyecto de luchar contra los creyentes
de la seguridad de sí mismos,
de su propia instalación,
del miedo al qué dirán...

Galileos,
de dos en dos 
en desapego, en sobriedad, en hospitalidad…
Moldead así  mi corazón para unirme a vosotros
y recorrer juntos caminos de Buena Nueva,
empapados de luz y de gozo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario