viernes, 9 de septiembre de 2016

TERNURA ORIGINAL

Ese acoge a los pecadores y come con ellos…
 (Lc. 15,1-32)


He dilapidado tu riqueza, Padre mío,
he roto ciegamente tu lazo umbilical.
Una vez, y otra, y otra,
he partido a países lejanos
sin reparar en tu ternura gratuita.

Me he encontrado en mundos
de muerte,
insoportable tristeza,
entre falsos ídolos.

En mis nieblas,
he recordado por fortuna
la palabra de tu Hijo, el Nazareno,
revelando tu corazón de Padre bueno.

Y me levanté para salir a tu encuentro.
En el camino,
¡oh frescura sustancial!,
me topé con tu abrazo.
Eras sonrisa de niño grande,
esencia de Dios nupcial.

Ahora,
en mis silencios hay música, 
hay calma en mis tempestades,
en mi soledad hay brisa de paz… 

¡Abba, ternura original!

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