sábado, 25 de marzo de 2017

CEGUERA

…vio a un hombre ciego de nacimiento.
(Jn, 9,1-41)



Padezco de ceguera, Señor.
Pues, no acabo de verte en el extranjero que me ofrece
un manojo de discos a cambio de unas monedas.
Ni en el vecino
que perturba mi sueño solicitando mi ayuda.
Ni siquiera, tal vez,
en el sollozo del niño que no puede dormir…

Padezco ceguera, Señor, pues no acabo de entender
que mi corazón debe ser inaccesible a todo egoísmo,
que mis manos deben correr hacia el mendigo,
que mi bolsillo no debe gruñir porque esté vacío,
que mis labios no deben perderse entre rezos vanos.               

Tras la ceguera de la cada noche mía,
de infortunios y olvidos,
qué prodigio la contemplación de tu Luz de cada día…

Señor, déjame que yo ponga el barro,
pon Tú la saliva.  Y úngeme.
Tú serás la luz de mis ojos. Y de mi vida.
Y yo, como en un nuevo nacimiento,
venceré mi ceguera,
y seré  portador de tu Luz admirable.  

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