Mira
a tu rey que viene a ti.
(Mt.,
21,1-11)
Palmas
y vítores
en día
de Ramos,
no
impidáis escuchar el silencio
de
tanto sufrimiento injusto
tras el
telón seductor de este mundo.
Palmas
y vítores
al paso
de la borriquilla prestada,
habladme
de la aventura de amor del Nazareno,
teñida
de humildad y sufrimiento,
tras el
telón de su obediencia al Padre.
Palmas
y vítores
ante el
Rey que no es de este mundo,
haced
que los aplausos y las alfombras del camino
no nos
impidan soñar ilusiones de vida eterna
tras el
telón resplandeciente
de la
nueva historia que se escribe con su cruz.
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