domingo, 25 de marzo de 2018

ALFOMBRAS Y RAMAS


Muchos alfombraron el camino,
otros con ramas…
(Mc. 11, 1-10)



No es banal, Señor, que por el camino
de Betania,
junto al monte de los Olivos,
organices la caravana profética…
aún sabiendo que los vítores de hoy,
mañana te pospondrán a Barrabás
.
No es banal que Tú, enviado de Dios,
desposado con la pobreza más honda,
montes sobre un borriquillo prestado
para anunciar la riqueza de tu reino,
a las puertas de tu propia pasión.

No es banal que Tú, Hijo de Dios, entres
triunfalmente
en Jerusalén sobre alfombras y ramas, aún convencido
de que en unos días, traidoramente,
serás cordero inmolado.

Maestro,
entre alfombras y ramas, Tú lo sabes.
se esconde una sucesión de dolor y pasión,
que no es un óleo irrisorio y banal,
para saciar el mercado de la compasión y la lástima.

Desde la hondura de tu divino humanismo,
el asno prestado, las alfombras y los mantos,
las ramas de olivo y las alabanzas
son el pórtico pascual sobre la muerte.

No. No es, pues, banal tu entrada
en Jerusalén…
En el trasfondo de estos gestos y signos,
nos golpea la llamada a la conversión,
como sello substancial de nuestro feliz destino.

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                        ¡¡Feliz Semana Santa!!
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