sábado, 8 de octubre de 2016

A GRANDES GRITOS

Se volvió alabando a Dios a grandes gritos...
(Lc.17, 11-19)

De lejos,
te he oído gritar compasión a diez leprosos.
Ellos, nueve judíos,
y tú, samaritano, extranjero.
  
En vuestra marginación,
todos habéis hallado igual gracia en el Nazareno.
Quedasteis limpios en el camino del templo.

Tus compañeros instalados en el ceremonial
de la Ley,
no tuvieron tiempo para maravillarse.
Tú, samaritano, el más excluido,
volviste dando gloria al Maestro,
sin arrogarte ningún derecho.

Tu ley no estaba en el templo,
sino en tu inmediata vuelta a  Él.
Sin miedo,
sin ninguna vergüenza volviste sobre tus pasos limpios,
gritando tu fe naciente.

La gratitud no está vinculada a ninguna aldea,
pero tu testimonio revela ese vacío religioso,
que confiesa nuestra propia lepra. 

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