sábado, 7 de abril de 2012

ALLI ME VERÁN

…que vayan a Galilea; allí me verán.
 (Mt., 28,1-10)




I

Alba radiante de primavera,
el sol se ha apresurado a correr la piedra,
y la noche luce blanca en su tiniebla.
El fuego y la luz prenden junto al torrente Cedrón
sobre Getsemaní,
sobre el Pretorio, sobre el Calvario,
sobre todos los horizontes, sobre todas las eras.

No llegó a tiempo el bálsamo de las mujeres, para el crucificado.
No fue útil la vigilancia de los verdugos de la vida.
Ni los discípulos gustaron la primera alborada.
Todo fue alba radiante de primavera silenciosa,
en un instante.

Quedan  atrás  vendas y sudario.
Y un nuevo lienzo se estrena en el templo de la vida.
Los ecos de los tambores suenan ya en Galilea.
Se imponen a los linderos del temor,
de los desalientos, de las cobardías…

II

Galilea… Allí le verán,
pisando  fuerte sobre tierra nueva
abriendo tumbas de corazones destrozados
de pies cansados,
de lágrimas oprimidas,
de mendigos bienaventurados.

Allí verán el camino de la gloria:
la vida  vence a la muerte,
la esperanza vence toda desesperación,
la confianza vence el miedo
El amor vence al odio,
y la paz vence…

III

Sí, la paz del resucitado irrumpe en nuestros corazones,
en nuestro mundo cercano, en nuestro universo lejano.
Hermanos, es la fiesta, es nuestra fiesta
por encima de los maderos
y de los vientos agrios de desiertos.
Es vuestro patrimonio, 
es la fiesta, brecha pascual abierta a la felicidad.
Caminad, hermanos, hacia  Galilea. Allí os veré.
Aleluya, hermanos, aleluya por siempre…
                        ¡Sí, soy yo, vuestro resucitado!  

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