sábado, 11 de agosto de 2012

BAJADO DEL CIELO

¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?
(Jn. 6,41-52)
 

Y murmuraban de ti.
Criticaron tu Pan bajado del cielo,
como los hebreos
murmuraron de Moisés en el desierto... 

Tú, hijo de María y José,
vecino del pueblo,
que eras
          palabra para sanar sorderas,
          luz para sanar cegueras,
          bastón para evitar caídas,
          camino para los perdidos,

Y murmuraban de ti,
¡Pan vivo bajado del cielo!

No te entendieron.
No creyeron tu divinidad humana,
ni tu cansancio de cada día haciendo el bien,
ni tu desgaste de amor,
ni menos tu vida sepultada en el pan
          para fecundar el hambre de Dios.

Y murmuraban de ti.
Pan vivo,
eucaristía de vida bajada a nuestra tierra,
para digerir  respuestas
y abrir interrogantes.
Para asfixiar escepticismos
y crear justicia y libertad.
Para mixturarte  con el pan de nuestros hornos.

No murmuren de ti, Dios
escondido en la celda humana,
peregrino del nuevo maná.

No  murmuren de ti que eres
la clave radical de nuestra fe, libre de propietarios.
Tú, grano de trigo fenecido bajo nuestros surcos,
Tú, hijo de José y María,
          ¡Pan soberano bajado del cielo!

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