viernes, 17 de agosto de 2012

LOS VIEJOS



… Qué amargura de silencio en la mañana, qué angustia cuando al­borota la atardecida del poniente, sabiéndose un paria, una carga in­soportable cuando los surcos de la cara ya traspasan hasta el alma. Toda una vida luchando, cotizan­do a esta Seguridad Social, abrien­do caminos limpios de futuro, este porvenir que se rompe en mil pe­dazos con cada decisión estúpida, y cuando han dado hasta el últi­mo aliento, primero por los hijos, luego por los nietos, los partidos, que no respetan nada, juegan con su miedo a perder los últimos be­neficios del sistema que ellos han construido a fuerza de brazos. A ­robarles el fruto de su esfuerzo mientras las corruptelas desman­telan la credibilidad del Estado. Pero no pasa nada. Volverán luego, sonrientes, a pedirles el voto y la confianza, esa confianza últi­ma que les roban cada día a dente­lladas. Y no les da vergüenza.
  (Remedios Sánchez en Ideal)

No hay comentarios:

Publicar un comentario