¡Todos somos Messi!, todavía corean en Barcelona. ¿Sí? “Parecido” a aquello de que todos éramos Charlie en París, en memoria de
las víctimas del ataque terrorista sufrido en enero de 2015… ¿Un irresponsable y, aún encima, víctima? Los
aficionados futboleros nos podemos identificar, con todo derecho, con un Messi genial,
casi único; pero jamás con un Messi
estafador. Deslindemos las cosas: fútbol-deporte,
fútbol-fraude, fútbol-política... Defraudar
a Hacienda, es defraudar a los
españoles, -¡todo un delito!- aunque cantemos que Messi es el mejor. Ojo, “amiguiños,
sí, pero a vaquiña polo que costa”. Nobleza obliga en el césped y fuera del césped... ¡Y en el bolsillo!
¡¡Ah, y chapeau a Portugal!!
¡¡Ah, y chapeau a Portugal!!
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