sábado, 30 de julio de 2016

GRAN COSECHA

Un hombre rico tuvo una gran cosecha…
 (Lc. 12, 13-21)



No quieras, Señor, que me embriague
la abundancia de mi cosecha.

No quieras que me tiente el afán
de un gran silo donde encerrar
el monopolio de los frutos.

Haz que la fortuna de la siega
desbarate las fantasías de mi mundo,
y rompa ídolos,
y me desnude de las intolerancias y sus miserias.

Sirva mi cosecha
para trabajar más por tu Reino
para humanizar más la vida,
para dar más consuelo y servir más a la paz.

La gran cosecha revelada
me dé fuerzas para vivir con dignidad,
la nueva condición de discípulo.

Y brindar a tu mesa por la gran suerte
de la fraternidad universal.

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