Poneos en camino.
(Lc. 10, 1-12.17-20)
Hermanos, nos llama
el Maestro
a ponernos en camino,
de dos en dos,
para compartir
ilusión,
y oxigenar nuestro
ritmo en medio de lobos.
Nos llama el Maestro.
como a uno de los
setenta y dos,
para liberar alforjas
y pisotear serpientes,
tras sus huellas.
Sin más talega que su
Espíritu,
sin más coraje que
nuestra debilidad,
sin más prisas que la urgencia de Dios.
En
camino,
sin
más templo que el horizonte.
Sin
más fantasía que ser huésped
del
corazón topado en la vereda
entre
polvo y heridas que son también nuestras.
Nos llama el Maestro
a ponernos en camino
con el dinamismo del
que no está instalado,
con la ilusión de quien quiere contagiar la fe,
con la fortaleza
de quien quiere abrazar esencialmente
el drama de todas las
hostilidades…
Somos uno de los
setenta y dos,
¡aleluya, hermanos!
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