No
os dejaré desamparados, volveré.
(Jn..14, 15-21)
La
clave está en tu promesa, Señor.
No os
dejaré desamparados, volveré
cuando
os vea perdidos entre las cosas del mundo.
Cuando
las puertas de vuestro amor chirríen,
y
vuestras miradas se pierdan en la noche,
si me
buscáis, volveré.
Cuando
la ilusión se debilite
y la
esperanza deje de fluir por vuestras arterias
y
vuestra luz desmaye,
volveré.
Cuando
vuestro corazón chorree miserias,
invitado por el abanico de promesas engañosas
y
olvidéis mirarme en el madero,.
yo
volveré con mi nueva vida.
Si
vuestro corazón, distraídamente,
se
cerrara al hermano,
seré
fiel a mi promesa
y
elevaré mis brazos como un candelabro
para
iluminar vuestra ceguera.
Ánimo,
venid a la luz,
desplegad
vuestra solidaridad
en
medio de vuestros desconciertos
y no os
dejaré desamparados.
¡Volveré,
es mi promesa!
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