Da temple a mi cobardía.
Da talento a mi ignorancia.
Da tesón a mi pereza.
Da empatía a mi indiferencia.
Pon ilusión a mi corazón errante.
Pon esperanza a mi desazón.
Pon fe a mi duda.
Pon firmeza a mi espejismo.
Pon conversión a mi desvarío.
Da certeza a mi sueño.
Da rocío a mi sequedad.
Da luz a mi oscuridad.
Da calor a mi escarcha.
Da pan a mi hambre.
Pon paz a mi guerra.
Pon abrigo a mi frío.
Pon alegría a mi tristeza,
Pon compañía a mi soledad.
Pon oído a mi sordera.
Pon nosotros en mi vicioso ego.
Pon niño en mi absurda seguridad.
Pon palabra, ¡tu palabra!, a mi obstinada mudez.
Da talento a mi ignorancia.
Da tesón a mi pereza.
Da empatía a mi indiferencia.
Pon ilusión a mi corazón errante.
Pon esperanza a mi desazón.
Pon fe a mi duda.
Pon firmeza a mi espejismo.
Pon conversión a mi desvarío.
Da certeza a mi sueño.
Da rocío a mi sequedad.
Da luz a mi oscuridad.
Da calor a mi escarcha.
Da pan a mi hambre.
Pon paz a mi guerra.
Pon abrigo a mi frío.
Pon alegría a mi tristeza,
Pon compañía a mi soledad.
Pon oído a mi sordera.
Pon nosotros en mi vicioso ego.
Pon niño en mi absurda seguridad.
Pon palabra, ¡tu palabra!, a mi obstinada mudez.
Da poesía a mi septuagésimo caminar.
Da remos a mi barca para navegar hacia ti.
Y mientras respiro, Señor,
da raíces a mi corazón, para no perderme por las ramas.Da remos a mi barca para navegar hacia ti.
Y mientras respiro, Señor,
No hay comentarios:
Publicar un comentario