sábado, 18 de enero de 2020

CORDERO DE DIOS


Este es el Cordero de Dios…
(Jn. 1, 29-34)

¡Cordero y liberación!
A ti confío mi piel.
En ti abono mi vida.
En ti afino mi canción.

¡Divina morada humana!
En ti comprendo a mi gente,
y, hasta aprender a desangrarme,
a ti clamo con toda mi alma.

En ti, mi pascual Cordero,
disfruto lo que tengo,
hago lo bueno en secreto,
y uso tus balidos para mis lamentos.

En ti recreo mi ilusión,
en ti mi cansancio alivia al hermano,
y de la espesura de los miedos,
en ti, hago versos y oración.

Que en mí todos encuentren tu mirada,
en mí, la verdad de tu palabra,
¡Oh, Cordero de mi alma!
que vean tu camino
en mis indigentes pisadas.

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