martes, 28 de enero de 2020

DE MI QUERIDO JAVIER

... Yo no sé cómo se podría solucionar el problema de la pobreza.... Quizás con honradez y justicia, si es que algún día estas virtudes llegan a implantarse en el mundo global. Pero anda por ahí una persona de inteligencia preclara, ¡listísima ella!, que deslumbró al lucero del alba con una idea genial: "La pobreza mundial se solucionaría vendiendo el Vaticano". Y después de "parir" tan sublime idea, ya se ven de día las estrellas del Universo... y de mucho más allá....
Supongo que esta persona tan aguda habrá sido muy fan de un cura que vendió la capilla de la Inmaculada, y el comprador la convirtió en cuadra de becerros.
O a lo mejor, conoce la historia de la Desamortización del Ministro de Hacienda de Isabel II (de España), Juan Mendizábal, anticlerical furibundo, que mandó subastar muchos bienes de la Iglesia española para ayudar a los pobres y cuyo resultado fue que los ricos se hicieron más ricos y los pobres se quedaron más pobres. Exiliado en Londres, allí amasó un millón de libras esterlinas, pero un tipo más listo que él, lo estafó y lo dejó sin plumas y cacareando. Murió en la miseria. ¿Castigo de Dios?... ¡Puede!....
..... "Maldito parné, / que por su culpita
dejaste al gitano / que fue tu querer....
¡Castigo de Dios, / castigo de Dios!...
Y es la crucecita / que llevas a cuestas,
María de la O...."
Pero las colas de Cáritas siguen creciendo, y tú, que sigues con la matraca de "vender el Vaticano", no te rascas el bolsillo ni aunque te lo recete el médico de cabecera. Amén.

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