España, asignatura
pendiente
El papa Francisco
conoce lo que sucede en España. Sabe del ritmo de esta vieja sociedad católica,
antaño "luz de Trento y martillo de herejes", y ahora
"laboratorio del laicismo". Sabe del estilo presidencialista de su Conferencia Episcopal
y de las renuncias de los cardenales arzobispos de Madrid y Barcelona que
deberá aceptar, por estar ya cumplidos sus prelados. Sabe de la fuerza de
muchos cristianos, sacerdotes,
religiosos y laicos en tierra de nadie, trabajando contra marea, ninguneados
por algunos obispos que se han echado en los brazos de los movimientos laicales
o de grupos conservadores como en los brazos de Morfeo. Sabe que aquí nació la
Compañía de Jesús, pero también el Opus Dei, el Camino Neocatecumental y que
Comunión y Liberación tiene pocos seguidores, pero muy bien colocados. Conoce
bien España y aquí ha pasado muchas horas y muchos días. Sus fuentes en Roma
son conocidas. Le informarán, pero uno
respira al saber que en España tiene otras fuentes, buenas y fecundas fuentes,
todas ellas eclesiales, ninguneadas últimamente, pero no amordazadas y
doblegadas por quienes se creen dueños de la Iglesia.
(Vida Nueva, marzo 2013)
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