domingo, 21 de abril de 2013

LAS CONOZCO


Mis ovejas escuchan mi voz
y yo las conozco y ellas me siguen.
(Jn. 10, 27-30)
 
Oveja tuya soy.
Tú me conoces, Pastor bueno. 

Te  asomas a mis desmayos
donde escucho tu voz,
donde refuerzas tu amor.
 
Si hundido me pierdo en mis vacíos,
te encuentro cercano en tu cayado,
instaurador de mi confianza.

Si mi nombre se arruina en el abismo,
suena  enseguida tu silbo amoroso,
asilo en mi debilidad. 

En el aprisco de mis noches abrumadas,
Tú musitas consuelo
mientras velas mis sueños, Pastor bueno.  

En mis desalientos,
malherido entre las zarzas de mis huidas,
me  atrincheras en tus brazos,
me  izas a tus hombros mimosos. 

Pastor bueno, Tú me conoces,
Oveja tuya soy,
que quiere aferrarse a tu fidelidad,
añorar sólo la riqueza de tu corazón
y seguirte…

 

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