sábado, 27 de abril de 2013

LA SEÑAL


La señal por la que conocerán que sois mis discípulos…
(Jn. 13, 31-35)


Maestro, has lavado los pies a tus discípulos.
y Judas acaba de salir del cenáculo
para firmar el manifiesto del madero.
Tu  muerte está decidida... 

Mas,
tu libertad y tu arrojo nos hace entender la señal
por la que conocerán que somos tuyos. 

Porque
tu amor es de una pieza entera,
sin remiendos que se enredan en ritos y  normas…
Es hormigón entre piedras vivas,
es novedad a cada instante. 

¡Amar como Tú!, 
a pesar de la traición del amigo
y la muerte decidida. 

Tu amor es bálsamo que cicatriza heridas,
viga que apuntala la comunidad,
aliento y vida que globalizan fraternidad. 

¡Amar como Tú! 
es entrar en el esplendor de la gloria del Padre,
es vivir el eco que rompió la tristeza de la Cena. 

¡Amar como Tú!
lejos de ambiciones y protagonismos
que impiden alargar el corazón
a la escucha de los hermanos. 

¡Amar como Tú, Maestro!,
ya no es un precepto,
ni propaganda, ni marketing del espíritu,
es la señal contagiosa por la que nos conocerán
sobre la faz de la solidaridad.

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