“Bien sé que tres en sola una agua viva residen,
y una de otra
se deriva, aunque es de noche”
(San Juan de la Cruz)
Diálogo en la unidad,
en donde se funden la
verdad generosa
y la comunidad de amor.
Inmensa cercanía. Tu
horizonte está en la tierra,
con proyecto de eterna
encarnación
y sementera inagotable de
signos de bondad.
En nuestra vida palpamos
tu presencia:
amor de madre,
huella de hijo
crucificado,
viento que levanta olas de humanidad.
Te manifiestas, Trinidad
Santa,
en la brisa y en el
silencio,
y en el
dinamismo de tus profetas.
Te afirmas en la sonrisa
del niño,
y en la mano fuerte que
azota la injusticia.
Te revelas en la acogida
al huérfano y a la viuda,
y en la palabra que
fustiga toda intolerancia.
Te complaces en nuestras
alegrías,
y lloras nuestras
amarguras.
¡Oh, mis tres, totalmente
uno! Inmensidad,
vértice de la vida eterna,
prometida
para cuantos consumen su
fe en Ti.
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