sábado, 17 de diciembre de 2011

DESESPERANZA


Al amigo
que se bate en su noche.


Eres Dios,
y entre el resquicio de mis soledades intento verte,
mientras unos en su cortijo osan esconderte,
mientras otros te predican omnipresente, todopoderoso,
infinitamente generoso...

Eres Dios,
y el lastre de mi hipoteca cerebral
es nubarrón que acecha mi propio mal.
Sin bajarme de tono intento
y no puedo  -¡desaliento!-
cantar mi cruz,
en pos de la luz... ¡tu luz!

Eres Dios,
e incrédulo yo de tus providencias y sentimientos
me pierdo en avatares y sufrimientos.
Dicen de Ti humana búsqueda;
pero en mi chalana no queda
ni timón, ni remos, ni estrobos.
Sólo hombres más que lobos,
apretando gatillos, asfixiando futuros,
siempre con planes oscuros...

Eres Dios,
¿y moriré en mi desahucio?,
¿o resistiré,  aún confiado,
a este  mundo tan sucio,
       errado,
             globalizado?

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