Aparición a Santiago y discípulos. Óleo sobre lienzo de Goya |
La
tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se
conservan en la catedral de Zaragoza, cuenta que Santiago, hermano de Juan e hijo de Zebedeo, “pasando por
Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla,
hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la
ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días
y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con
los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las
riberas para tomar algún descanso".
Se dice que la Virgen, viviendo
aún en Jerusalén, se habría aparecido en carne mortal al apóstol Santiago, el día 2 de enero del año 40, para confortarle ante las dificultades que
éste encontraba en su predicación a los hispanos.
El 27 de mayo de 1642 el municipio de Zaragoza proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad,
patronazgo que se extendió a todo el Reino de Aragón. Desde 1913 es también patrona del Cuerpo de
la Guardia Civil.
En la festividad del Pilar, convergen distintos sentimientos hispanos,
conmemorativos, patronales y –cómo no- la hermandad de todos los pueblos de
habla hispana.
El milagro de Calanda |
Se atribuyen a la intercesión de la
Virgen del Pilar diversos milagros. Entre ellos, el más destacable es el llamado “Milagro de Calanda”, por el que
al mendigo Miguel Pellicer, nacido en
Calanda, se le restituyó la pierna que le fue amputada en
octubre de 1637. Este suceso extraordinario fue proclamado como milagro el 27
de abril de 1641 por el arzobispo Pedro Apaolaza, tras un proceso en el que intervinieron tres
jueces civiles y fueron interrogados veinticinco testigos. Este hecho
prodigioso determinó que en 1642 la Virgen del Pilar se convirtiera en
co-patrona de Zaragoza, junto a San Valero.
Entre las campañas militares que los
católicos consideran obra de su intercesión, se cuenta la toma de Zaragoza de
manos musulmanas en 1118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de Independencia Española y la protección del templo en la Guerra Civil. De
esta última se narra el bombardeo sufrido por el templo el 3 de
agosto de 1936, cuando fueron arrojadas sobre la Basílica de El Pilar cuatro
bombas que no estallaron. Las cargas que cayeron en el templo se exponen a los
lados del Camarín de la Virgen.
La devoción
del pueblo por la Virgen del Pilar se halla muy arraigada entre los españoles desde
épocas tan remotas, como "una antigua y piadosa creencia".
Los tres rasgos peculiares, basados en la tradición, que caracterizan la
devoción a la Virgen del Pilar son:
1. La venida
extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras
apariciones, la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina.
2. Sobre la columna
o pilar donde se apareció María, se construiría la primera capilla que, de
hecho, sería el primer templo mariano de toda la cristiandad.
3. La
vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de
Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago,
han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante
siglos la espiritualidad de la patria española.
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