viernes, 11 de octubre de 2013

EL PILAR

La tradición

Aparición a Santiago y discípulos.
Óleo sobre lienzo de Goya
La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, cuenta que Santiago, hermano de Juan e hijo de Zebedeo, “pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso".
Se dice que la Virgen, viviendo aún en  Jerusalén, se habría aparecido en carne mortal al apóstol Santiago,  el día 2 de enero del año 40, para confortarle ante las dificultades que éste encontraba en su predicación a los hispanos.
El 27 de mayo de 1642 el municipio de Zaragoza proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad, patronazgo que se extendió a todo el Reino de Aragón. Desde 1913 es también patrona del Cuerpo de la Guardia Civil.
En la festividad del Pilar, convergen distintos sentimientos hispanos, conmemorativos, patronales y –cómo no- la hermandad de todos los pueblos de habla hispana.
 
Los milagros
El milagro de Calanda
Se atribuyen a la intercesión de la Virgen del Pilar diversos milagros. Entre ellos, el más destacable  es el llamado “Milagro de Calanda”, por el que al mendigo Miguel Pellicer, nacido en Calanda, se le restituyó la pierna que le fue amputada en octubre de 1637. Este suceso extraordinario fue proclamado como milagro el 27 de abril de 1641 por el arzobispo  Pedro Apaolaza,  tras un proceso en el que intervinieron tres jueces civiles y fueron interrogados veinticinco testigos. Este hecho prodigioso determinó que en 1642 la Virgen del Pilar se convirtiera en co-patrona de Zaragoza, junto a San Valero.
Entre las campañas militares que los católicos consideran obra de su intercesión, se cuenta la toma de Zaragoza de manos musulmanas en 1118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de Independencia Española y la protección del templo en la Guerra Civil. De esta última se narra el bombardeo sufrido por el templo el 3 de agosto de 1936, cuando fueron arrojadas sobre la Basílica de El Pilar cuatro bombas que no estallaron. Las cargas que cayeron en el templo se exponen a los lados del Camarín de la Virgen.
 
La devoción

La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla muy arraigada entre los españoles desde épocas tan remotas, como "una antigua y piadosa creencia".
Los tres rasgos peculiares, basados en la tradición, que caracterizan la devoción a la Virgen del Pilar son:
1. La venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones, la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina.
2. Sobre la columna o pilar donde se apareció María, se construiría la primera capilla que, de hecho, sería el primer templo mariano de toda la cristiandad.
3. La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.

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