Hay casas más
grandes y familias más reducidas.
Hay más títulos
académicos y menos sentido común.
Hay más
conocimientos de las cosas y menos capacidad de juicio.
Hay más despilfarros
y reímos mucho menos.
Hay casas más
lujosas y hogares más rotos.
Hay escaparates
preciosos y vida interior vacía.
Hay más adelantos tecnológicos y mucha más
incomunicación humana.
Hay gente a quien amar y con quien compartir y nos “disculpamos” ... ¡por no tener tiempo!
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