jueves, 12 de septiembre de 2013

RENTRÉE BIS

Primera lección.
 

 Segunda lección

1.- ¡OJO!  QUE GÉNERO NO ES IGUAL QUE SEXO
El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres… y que no siempre está relacionado con el sexo biológico.  Las personas   no tenemos  género,   tenemos   sexo.  De ahí, que la expresión “violencia de  género” sea incorrecta porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir  violencia sexual  o violencia  doméstica, como nos indica la Real Academia Española.


2.- CUIDADO CON  LAS PIRUETAS 
Una comisión del parlamento andaluz se dirigió a la Real Academia Española solicitando un informe sobre la corrección de los desdoblamientos tipo: “diputados y diputadas, padres y madres, niños y niñas”, etcétera.  La RAE respondió puntualizando que tales piruetas lingüísticas son innecesarias.
El empleo de circunloquios y sustituciones inadecuadas: “diputados y diputadas electos y electas” en vez de diputados electos, o llevaré “los niños y las niñas” al colegio en vez de llevaré los niños al colegio resulta empobrecedor, artificioso y ridículo. 

3.- Y ¡MUCHO OJO!, QUE LA ARROBA NO ES UNA LETRA

Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.) ha comenzado a usarse el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del sólo es válida para el masculino niño.     

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