No temas, pequeño rebaño…
(Lc. 12, 32-48).
Corred la voz,
que el Señor ha dicho:
Donde está vuestro tesoro,
allí estará vuestro corazón.
Romped murallas,
soñad utopías
para compartir
lo que da sentido a vuestra vida de cristianos.
Corred la voz…
Que vuestros bienes sean fraternos
en la mesa y en la alegría.
Allanad todos los senderos:
marginaciones, discordias,
enfrentamientos, injusticias.
Corred la voz…
Que la sonrisa en los labios
y la ternura en el corazón
abran caminos de entendimiento y amor.
Acariciad las rosas, aunque tengan espinas,
vivid en eternas fiestas de eterna primavera,
regalad amistad,
repartid ilusión a manos
llenas.
Y corred la voz con vuestras lámparas encendidas.
Corred la voz…
Que donde está vuestro tesoro,
allí, sólo allí, estará vuestro corazón.
¡Lo dice el Señor!
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