sábado, 31 de agosto de 2013

AMNESIA


… y ellos le estaban espiando. (Lc.14, 1.7-14)
A Gabi Vantajol que en Lyon desveló mi amnesia.  

Hoy, Señor, ilusionado por verte,
me he colado entre los poderosos
y afamados jefes.
Pero allí no estabas Tú. 

Te he buscado sin desmayo
entre los primeros comensales
y no entre los criados.
Allí no estabas Tú. 

He intentado meterme, Señor,
entre las túnicas de los puros, 
tus consagrados,
Allí tampoco estabas tú. Y me he ido. 

Sí, me he ido
a la fuente cantarina que acaricia los helechos,
a la pequeña ola que invade mansamente
la arena de la playa. Me he ido
a  la brisa que en la tarde susurra gozo al alma. 

Me he ido
a la habitación 307 de la tercera planta del hospital,
y a la chabola junto al puente de la autopista,
y al silencio de la arboleda que reza.
Y allí estabas Tú… 

Allí, al descubrir el menú de tu presencia,
confieso haber olvidado tus pistas…
Perdona, Señor, mi amnesia.

 

 

 

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