jueves, 22 de agosto de 2013

MI CARTA A "IDEAL"

 






Señor Director de IDEAL: Hace días, leía en esta sección una carta de don Francisco Morales, Magistrado jubilado del Tribunal Supremo, titulada “Más sobre José María Castillo”.  Al hilo de ello, le ruego me permita unas breves reflexiones. Le agradezco sinceramente su publicación.  
En primer lugar, quisiera pedirle al Sr. Magistrado, tan “indignado” él  por “todos” los artículos de Castillo, que entre en la tradición profética de Israel y descubra los signos que anunciaban ya el “mundo nuevo”. O mejor, fije su corazón en la línea conductual de Jesús de Nazaret, que, tras el Sermón de las Bienaventuranzas, dejó claro en Galilea que no venía a destruir la ley (Mt.5,17-18). El Maestro fue la gran noticia de paz, al tiempo que noticia de contradicción (Lc 2,34). Él no ha venido a traer falsa tranquilidad. Su Evangelio no fue, ni es, un analgésico para ayudarnos a conciliar el sueño de nuestro tejido de cristiano instalado. Él ha traído fuego que quiere que arda en justicia (Lc. 12, 49-53). Tal vez por ello, nos escuece tanto la palabra del Señor que predican los verdaderos profetas de hoy.
Si las “apostillas urgentes” del Sr. Magistrado pretendieran hacer callar al padre Castillo, a mi mente llegan las palabras de Jesús en Lc. 19, 39-40: “Os digo que, si éstos callan, gritarán las piedras”. Y recordarle que no es leal instalarse en la justicia de los escribas y fariseos (Mt. 5, 20). Si con la urgencia de sus “apostillas” pretendiera el Sr. Magistrado cierta “confabulación”  contra el hermano Castillo  (¡que recuerde esta otra cita de Mt. 12, 14!), yo le invitaría a meditar las palabras de Jesús en Lc. 11,52: “¡Ay de vosotros, juristas…”, y aquellas otras sobre los ciegos que guían a otros ciegos (Mt. 15, 12-14), o sobre las  cargas que se ponen sobre los hombros de los demás (Mt. 23, 2-7). O más todavía, el texto de Mt. 7, 1-5, donde Jesús tiene bien claro el planteamiento de enjuiciar a los demás. 
Mientras escribía sus “apostillas”, ¿recordaría el Sr. Magistrado las palabras del apóstol Pablo cuando se dirigía a los filipenses, animándoles a proclamar el evangelio sin temor a las envidias y discordias? (Flp. 1, 12-18). Y si le produjo tanta “indignación” el artículo de Castillo sobre la homosexualidad (IDEAL, 11-1-12), qué sentiría el ex Magistrado al leer la entrevista al papa Francisco, camino de Brasil, que decía  “¡Si alguien es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo?”.  Si el obispo de Roma es un referente en la fe del “simple y modesto católico practicante”, le recordaría las palabras, sin rodeos y a micrófono abierto, en el corazón de las Jornadas Mundiales de la Juventud: “Quiero líos en las diócesis, que la Iglesia salga a la calle, que nos desprendamos de todo lo que sea mundanidad, comodidad, clericalismo y estar encerrado en nosotros mismos…” 
Finalmente, Sr. Director de IDEAL, termino deseándole a José María Castillo, hombre de talante pastoral, teólogo entre los más acreditados de la Iglesia, que persevere como digno servidor del Evangelio (Flp. 1,27) y siga hablando sin miedo, como el Señor le pidió al apóstol Pablo en la visión de Corinto (Hch. 18, 9).


No hay comentarios:

Publicar un comentario