A María Ángeles, activista cultural
desde la Biblioteca Municipal.
Huele a la higuera frutal,
y un pardo limón en el bosque luce
cual otoñado evangelio
de amor que murmulla en tu maternal
edén dulce.
Un silencio azul, ¿o rosa?,
un misterio que se estrena
en sutil encarnación
primorosa,
prendida a tus entrañas de azucena.
Ramean galas de nido
en tu fértil y diáfana bravura,
historias inesperadas,
trascendentes, de tu seno vestido
de canción de cuna.
Fiestas, asombro en la era,
entre palomas y huertas, romero,
tomillo, viñas y olivos;
y esmero
de aguas rizadas desde primavera.
Tu tipismo y tu arte hacen
que en tu jardín, por fortuna,
ufana cante la luna.
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