Gracias a Rocío Ocaña y a Juan Jesús Rubio
que han tenido la amabilidad de “subirse a
Retales de mi bancal” para testimoniar
su fe y su experiencia en la JMJ.
P.- ¿Cómo surgió la idea de integraros en la JMJ?
ROCÍO.- Antonio, el cura, nos ofreció participar en el encuentro. Con el tiempo empecé a saber bien que era la JMJ y me pareció que podía ser una experiencia muy enriquecedora.
JUAN JESÚS.- Además fue de gran ayuda su testimonio. Él ya había participado en otros encuentros anteriores. En principio, yo sentí curiosidad y dado que mi grupo también se animó, decidimos involucrarnos. Nuestro convencimiento quedó completo tras una reunión en la parroquia de Beas de Granada con el delegado de Pastoral Juvenil Francisco Mingorance, con el que pudimos ver videos promocionales que nos hicieron darnos cuenta de que esta Jornada sería algo muy interesante y desde luego una experiencia única e irrepetible. Finalmente nos inscribimos.
P.- Desde el punto organizativo, ¿os habéis sentido bien acogidos?, ¿y en cuanto a la atención y hospedaje?
ROCÍO.- Yo me he sentido bien en todo momento. Hubo problemas como la falta de agua caliente en las duchas. Por otra parte, muchos de nuestros compañeros de pabellón, que tenían acreditación, no pudieron entrar en Cuatro Vientos, porque otras personas sin acreditación habían ocupado su lugar.
JUAN JESÚS.- Yo me he sentido muy acogido, ya no sólo por las hermanas que lo regían, sino por el ambiente tan cordial que se respiraba y que me ha permitido conocer a mucha gente… Me sentía como en mi casa y rodeado de los míos.
P.- Impresiones o experiencias que habéis vivido. ¿Alguna anécdota que merezca recordarse?
ROCÍO.- Experiencias hemos vivido muchas. En primer lugar la gente, tanto el grupo de portugueses que acogimos, como el grupo de granadinos con el que compartíamos pabellón han sido geniales. Además era muy bonito andar por Madrid y ver tantos grupos de personas de todas las partes del mundo, que sin conocerse ni hablar el mismo idioma se saludaban e intercambiaban regalos. En segundo lugar, yo diría que el respeto es digno de destacar, porque no es fácil hacer que casi dos millones de personas permanezcan en silencio, y esa situación se daba en los momentos de oración y la verdad es que impresiona mucho.
JUAN JESÚS.- El mismo ambiente que se respiraba en las calles, te hacía sentirte diferente. Con esto yo destacaría esa cordialidad existente entre todos los peregrinos que hacia que la gente te dedicara una sonrisa, que se acercaran a preguntarte de donde eras, que te pidieran echarte una foto con ellos y con sus banderas, aun sin hablar el mismo idioma o intentándolo en un inglés inteligible. Todo eso merece la pena recordarlo. Si tuviera que destacar alguna anécdota sería el sentimiento que tuve la tarde del “via-crucis” viendo a todas esas maravillosas imágenes, el silencio que se conseguía entre tanta gente y ver cómo la gente aclamaba con cantos al Santo Padre mientras desfilaba frente a ellas.
P.- ¿Ha cambiado vuestra vida tras esta experiencia? ¿En qué?
ROCÍO.- Sí que ha habido cambios en mi vida; este viaje ha sido como cargar las pilas para poder seguir en este camino que no es fácil para los jóvenes. Ver que no somos cuatro “bichos raros” que van a misa y catequesis, sino que hay millones de jóvenes como nosotros que tienen fe y siguen el camino de Cristo motiva mucho.
JUAN JESÚS.- Esta experiencia es inevitable que cambie a los que la viven. Esta especial peregrinación a Madrid me ha hecho darme cuenta de que hay otra manera de comportarse en grupo, de que hay otra forma de estar en una comunidad de iglesia a parte de la que estamos acostumbrados en nuestras parroquias e incluso en nuestras diócesis. Ver cómo hay tantos y tantos jóvenes que tenemos un mismo punto en común, una misma manera de ver las cosas y que esa unión sea la religión y una misma fe, te hace sentir que pese a que esta manera de vivir no sea vista moderna ni de moda, sí que lo es, está viva y hay cantidad de gente que se esfuerza en sacarla a flote. Te
hace ver que no estás solo en esa batalla sino que, cerca en otros pueblos de la misma Granada o a miles de kilómetros y en otro idioma y otra parte del mundo hay jóvenes católicos, jóvenes que viven activamente la fe y que estarían encantados en conocerte y en ayudarte pues saben que eres de su mismo grupo. Esto inevitablemente te afecta y te alienta a vivir tu vida religiosa más activamente y te hace verla desde una nueva perspectiva de iglesia mundial más grande y abierta de lo que comúnmente nos creemos y esto sólo se sabe viviéndolo.
P.- Ha habido un movimiento de “indignados” que rechazaba la JMJ. ¿Qué les diríais vosotros tras vuestra vivencia de Iglesia?
ROCÍO.- Que se pregunten ellos mismos qué ganan con molestar de esa forma a las demás personas y que piensen que si tantas personas se desplazan desde sus países hasta España, por la misma razón será porque detrás hay algo fuerte que hace que nos movamos.
JUAN JESÚS.- Yo simplemente les diría que su idea de la Iglesia, seguro no se adapta a la realidad, pues es una comunidad muy abierta y acogedora que en ningún momento produce mal o sufrimiento, sino que todo lo contrario; trae felicidad a muchas personas y las fortalece ante la vida. Por otra parte decir que, como católico, respeto totalmente su opinión, aunque no la comparta; pero me parece aún más indignante muchos de sus comentarios hacia los peregrinos y los enfrentamientos violentos intentando crear un clima de miedo que por suerte no consiguieron establecer.
P.- A vuestro regreso de Madrid, ¿qué retos os habéis marcado como grupo de fe, de manera que esa experiencia no se quede en un mero recuerdo?
ROCÍO.- El objetivo es que el grupo no se separe y que además se implique más en la vida de la iglesia e intente animar a otros jóvenes a participar también. Una forma de hacerlo sería convertirnos en catequistas, como el párroco nos ha propuesto. Y, por supuesto, repetir la experiencia en Rio de Janeiro en el año 2013.
JUAN JESÚS.- Y que lo vivido sirva de inspiración y ánimo para los demás, e impulse a vivir más profundamente la fe.
P.- Gracias Rocío y Juan Jesús; y enhorabuena a todo el grupo de Huétor y Beas. ¡Que seáis fermento en nuestros pueblos!
No somos “bichos raros” que van a misa… Los millones de jóvenes que siguen el camino de Cristo motiva mucho.
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