En comunidad

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                EN COMUNIDAD

Donde dos o tres están reunidos
en mi nombre…

(Mt. 18, 15-20)

Cuando nos reunimos en comunidad,

¿de verdad, Señor,  que Tú estás en medio de nosotros?

¿Tú, en medio de la llama devoradora

que apunta al hermano para juzgarlo?

¿Tú, en medio de nuestra Iglesia esclerotizada,

en muchas ocasiones, intolerante?

¿Es posible que Tú, Señor,

estés en medio del eclipse del diálogo comunitario,

y de la falta de escucha al que señalamos como reo?

¿Estás Tú detrás de tantas denuncias,

de tantas exclusiones,

de tantas condenas,

de no menos excomuniones?

¿Tú, en medio

de las frenazos que le pegamos al Espíritu?

Cuando queremos corregir, según tu palabra,

al hermano,

levitamos sobre un reguero de anatemas y radicalismos

desde los tronos de nuestra superioridad.

¿Estás Tú, Señor del amor,

en ese reguero de fariseísmo?

Jesús, hermano nuestro de Nazaret,

llena la vaciedad de nuestra vida, muchas veces sectaria.

Tú que eres el fundamento de todo

y eres vida donde dos o tres se reúnen en tu nombre.

Que sea el amor, y no la ley,

que priorice tu presencia entre nosotros,

porque no hay un criterio mayor que tu amor

globalizado en el Calvario.

Ayúdanos a ganar al hermano a tu causa,

pasando por el triunfo del diálogo,

pasando por el silencio para escucharle sin desesperar,

pasando por el perdón sin condenarle.

Que la corrección fraterna pase por  tu comunidad

lejos del contencioso atar y desatar

que tan malamente hemos interpretado en tu Iglesia.

Y haznos sentir comunidad sin camuflaje,

al estilo de los primeros cristianos,

como sacramento de nuestro encuentro contigo.

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