domingo, 29 de julio de 2012

DENARIOS


Doscientos denarios de pan no bastan…
(Jn.. 6, 1-15)

               El mundo  está ciego en su opulencia,
               Señor.

Desbordado por la industria de armas,
               y afanes de fronteras,
               clavado al feroz consumismo,
               devorado por la electrónica refinada…
                        no entiende de hambres ni miserias ancladas
                        en el corazón humano.

Tu tierra de hoy, sólo sabe de denarios…
               para llenar sus cofres.
               Y huye de manos extendidas, 
               que gritan pan,
                                   techo,
                                      agua… ¡justicia!
 Gritos que no se compran
                a merced de los denarios que dividen.
                ¡Gritos que claman compartir!

Compartir…

                sacudiendo bolsas cobijadas por altos cargos,
                machacando  indemnizaciones vitalicias por haber robado ayer,
                apedreando remuneraciones en el mercado de la política,
                derribando bancas extenuadas de tanto morder hipotecas.
 Compartir…
                      ¡Ay, las pensiones regladas por la avaricia del poder!

                Déjame, mi Galileo,  subir contigo al monte y mirar  la muchedumbre
                que nos sigue…
                Dame la gracia de ser uno de esos cinco panes de cebada,
                o, al menos, uno de esos dos peces,
                               con que compartir solidaridad.

                Dótame, Maestro, de gran corazón 
                para hacer, junto a ti, caminos de fraternidad. 
                Porque tú no estás en la frialdad de los denarios.
                Tampoco estás en la mesa del altar,
                si antes yo no beso el ara de las lágrimas
                de mis hermanos
                donde se escucha a diario el eco de tu evangelio.
              

sábado, 21 de julio de 2012

EL DESCANSO

…un sitio tranquilo a descansar un poco.
(Mc. 6, 30-34)


Verano... un espacio tranquilo
para valorar lo positivo,
relativizar lo negativo,
intensificar lo espiritual,
sacudir la rutina de los meses de atrás…
            ¡y hacer balance de nuestra vida!

¡Venid a un lugar tranquilo! Nos dices Tú,
el Señor de la misión.
Sentaos a junto a mí,
reparad vuestras fuerzas vencidas,
recuperad las sonrisas olvidadas.

Y todo,
lejos del acoso ingente de  los herodes de turno,
lejos del ladrido de las despensas vacías,
lejos del zarpazo frenético del estrés de ayer,
de las prisas alocadas de cada día.

¡Venid a un lugar tranquilo!
A descansar un poco,
sin bajar la guardia, pues
hay que seguir escuchando en la paz,
las angustias humanas,
incomprensibles…

Verano,
un espacio tranquilo para darnos a ti, Señor.
Que sepamos detener el ritmo trepidante de nuestro asfalto.
Que te encontremos a ti en el sosiego mutuo,
en la ternura compartida,
en tu encanto sensiblemente global.
A ti, Jesús, que  ni en medio de tu descanso
te ha estorbado la gente.
                                                   ¡A ti, Jesús, en este verano!…

lunes, 16 de julio de 2012

EUTANASIA JUVENIL

Anoche mi mamá y yo estábamos sentados en la sala hablando de las muchas cosas de la vida…  Entre otras,  hablamos del tema de vivir/morir. 

Le dije: 'Mamá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado,  desenchufa los artefactos que me mantienen vivo. ¡Prefiero morir!

Entonces, mi mamá se levantó con una cara de admiración... Y me  desenchufó el televisor, el DVD, el cable, Internet, el PC , el mp3/4,  la Play-2 , la PSP, la WII, el teléfono fijo, me quitó el móvil, la  ipod, el Blackberry y me tiró todas las cervezas...
¡¡La madre que la parió!!... ¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!!

sábado, 14 de julio de 2012

EL ENVÍO

Llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos…
(Mc. 6, 7-13)




Discípulos del Galileo,
ante un ambiente hostil,
os envía el Maestro, de dos en dos,
al radicalismo itinerante y dinámico
de la austeridad,
de la libertad,
de la fraternidad,
con proyecto de aliviar las cruces del aulagar humano.

Y allá vais...  Tan sólo portáis una tarjeta de garantía,
no atrincherada en el comodidad,  en las modas y aplausos
ni en los ritos fosilizados que no informan la vida.
Portáis su Palabra. Y eso basta.

Camináis con autoridad.
Con esa autoridad que sólo se cotiza al alza
lejos de las estructuras complejas del templo,
sin más provisión de ruta que esa convicción nazarena
que levanta ilusiones
y fustiga el aburguesamiento.

Vais libres para servir al pueblo.
Libres. Sin el arsenal de la arrogancia
que crean los dineros,
o los poderes
o las complacencias.

Únicamente, 
proyecto de humanizar nuestro suelo,
proyecto de dulcificar todo sufrimiento,
proyecto de luchar contra los creyentes
de la seguridad de sí mismos,
de su propia instalación,
del miedo al qué dirán...

Galileos,
de dos en dos 
en desapego, en sobriedad, en hospitalidad…
Moldead así  mi corazón para unirme a vosotros
y recorrer juntos caminos de Buena Nueva,
empapados de luz y de gozo.

sábado, 7 de julio de 2012

EN TU TIERRA

No desprecian a un profeta más que en su tierra…
(Mc. 6, 1-6)



¡Sorpresa la tuya,  Señor!
Sin duda, esperabas la cálida acogida
de tus vecinos, devotos del sábado,
que oxigenara su fe judía,
pero embarrancaste en la ceguera nazaretana,
como precio de tu libertad.
Y te extrañó su falta de fe.

Hoy,  tras siglos a bordo de la nueva sinagoga,
se ha creado mucha costra en su derredor
impidiendo gozar de tu sabiduría,
de tu palabra sanadora…
y descubrirte en tu verdad,
reiteradamente incomprendido.

¡Nueva sorpresa la tuya, Señor!
Ves que nuestra fe cansada
dormita sobre el tajamar de  las excusas.

En ese rechazo de tus paisanos,
los de ayer y  los de hoy,
se cosechan ataduras que oprimen la autenticidad,
que destruyen opciones y arrestos necesarios
para la crecida de tu Buena Nueva.

Pero Tú sigues sin arredrarte,
sorprendentemente audaz,
recorriendo nuestros laberintos,
reactivando en nosotros ascuas de vida nueva.

Sorpréndenos, pues, definitivamente, Señor,
como sacramento de tu humana piel,
que estamos preparados para cambiar viejas seguridades
por la transparencia de tu amor
en tu nueva Galilea.
                                    ¡Y serás profeta en tu tierra!