domingo, 29 de noviembre de 2015

EN PIE


… y manteneos en pie ante el Hijo del Hombre.
 (Lc. 21, 25-28. 34-36)

Al papa Francisco, profeta de hoy en sus diferentes y comprometidos viajes pastorales, estos días en África, y -¿cómo no?- siempre profeta en su propia casa, el Vaticano. Que el Espíritu materno de Dios lo mantenga "en pie", en el gozo de su fidelidad al Evangelio.


              Es tiempo de reencuentro.
Pongámonos de pie
que Él está  ahí. Nunca se fue.
Si acaso, le hemos perdido la pista…

Levantemos la mirada por encima
de la muchedumbre que empaña
los ojos del corazón.
Él está ahí. Nunca se fue.
Él es nuestra liberación, prodigio de Dios.

Vamos a su encuentro, no esperemos más.
Deja que truenen los truenos,
deja que enloquezca el oleaje,
deja al sol, a la luna, a las estrellas con sus signos…
Salgamos con pie firme a su encuentro.

Recobremos el aliento para espabilar el corazón
maltrecho y desaliñado…
Afinemos el oído que Él es soplo
en silencioso de esperanza
entre el cortejo de inmensos ruidos.

En pie, hermanos. Es el Hijo del hombre.
Él es poder y gloria, maravilla de Dios.

                                   ¡Él es nuestra liberación!

sábado, 14 de noviembre de 2015

JE SUIS PARIS



       Avec ses semailles de la terreur déjà globalisées, la djihad essaie de faire disparaître les valeurs humaines de la paix et de la concorde. Moi comme croyant, je prie au bon Dieu  (chrétien-juif-musulman) pour que cette fabrique de haine appelée État Islamique disparaisse. Bon courage, mes frères français! Je suis aussi Paris!

lunes, 2 de noviembre de 2015

CRUZAR LA PUERTA

Consolaos mutuamente con estas palabras.
 (I Tes. 4,13-18)



Veo  la muerte agazapada tras el telón, 
como cruz fugitiva y cáliz amargo,
compañera infiel de mis alegrías
en el itinerario de todas las incertidumbres...

En Él, 
veo la esperanza
también agazapada tras el telón.

Él, desde el madero,
ya ha levantado el telón de todas las vidas,
y la muerte allí prendida
ha dejado de ser ciego destino.

             Llorar,
             sufrir, 
             morir, 
             venturosa travesía hacia la luz sin fin.

La muerte es conciencia de mi partida,
pasaje a la eterna sonrisa tras el sueño
de una mala noche.

¡Qué gozo, Padre,  cruzar la puerta,
cuando caiga definitivamente el telón!