sábado, 27 de mayo de 2017

ID

Id y haced discípulos…
(Mt. 28, 16-20)


Amigos del Galileo,
dichosos vosotros que lo habéis visto subir al cielo,
tras su vapuleo en la tierra por amor.

Ahora triunfa. Sube a los cielos…
y os quedáis pasmados mirando a las nubes,
como huérfanos,
esperando que las cosas de la tierra
se arreglen desde el cielo.

Habéis vivido la ilusión de tenerlo a vuestro lado
y ahora se marcha a cumplir con el Padre,
no sin antes echar el cerrojo a vuestros miedos.

Porque ahora suena vuestra hora en su Espíritu:
ser audaces testigos
y gallardos arrieros en el camino que conduce a Él.

Fue necesario que os dejara.
Habríais podido continuar mucho tiempo alucinados,
mirando al cielo, soñando castillos en el aire,
a pesar de la urgencia de su evangelio.

Hacía falta que Él se fuera
para que todos los hombres escuchen su voz
a través de vuestra voz.

Id,
no sigáis agarrados a las nubes.
Mostrad su camino que sólo pasa a través de los hermanos.
Despegad del cielo, sí.
Y pisad bien la tierra,
como hombres nuevos que saben dar la talla,
en medio de dudas e inseguridades.

No es fácil la tarea que os ha dejado el Maestro:
Id y proclamad el mensaje a pesar de la sordera del mundo.
Id y mostrad los signos, en medio de la ceguera global.
Id y predicad el amor entre el barbecho de los odios.
Id y sed testigos en medio de la orfandad que provocan
las mieles de este mundo.

No, no es fácil, pero ésa es vuestra tarea,
¡y la nuestra, como seguidores del Nazareno!…

domingo, 21 de mayo de 2017

VOLVERÉ

No os dejaré desamparados, volveré.
(Jn..14, 15-21)


La clave está en tu promesa, Señor.
No os dejaré desamparados, volveré
cuando os vea perdidos entre las cosas del mundo.

Cuando las puertas de vuestro amor chirríen,
y vuestras miradas se pierdan en la noche,
si me buscáis, volveré.

Cuando la ilusión se debilite
y la esperanza deje de fluir por vuestras arterias
y vuestra luz desmaye,
volveré.

Cuando vuestro corazón chorree miserias,
 invitado por el abanico de promesas engañosas
y olvidéis mirarme en el madero,.
yo volveré con mi nueva vida.

Si vuestro corazón, distraídamente,
se cerrara al hermano,
seré fiel a mi promesa
y elevaré mis brazos como un candelabro
para iluminar vuestra ceguera.

Ánimo, venid a la luz,
desplegad vuestra solidaridad
en medio de vuestros desconciertos
y no os dejaré desamparados.   

          ¡Volveré, es mi promesa!

viernes, 19 de mayo de 2017

INSTRUCCIONES


Antes de nacer estaba yo preocupado, porque no conocía el mundo al que yo llegaría, entonces le pedía a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.
Él acercó su voz a mi oído y me dijo:


Sé como el sol, levántate temprano, y no te acuestes tarde.
Sé como la luna, brilla en la oscuridad y sométete a la luz mayor.
Sé como los pájaros, come, canta y vuela.
Sé como las flores, enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro, obediente, pero sólo a su señor.
Sé como la fruta, bella por fuera y saludable por dentro.
Sé como el día, que llega sin alardes y se retira humildemente.
Sé como los recién nacidos, sin temor a la muerte.
Sé como el oasis, da tu agua al sediento.
Sé como el río, siempre hacia adelante.
Sé como la luciérnaga, aunque pequeñita, emite su propia luz.
Sé como los niños, ríe, juega y no te preocupes por la vejez.
Sé como el agua, buena y transparente.
Sé como los toros de lidia, lucha por tu vida hasta el final.
Sé como José, cree en tus sueños.
Sé como Lázaro, levántate y anda.
¡Y nunca dejes de soñar,
                 porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad!

sábado, 13 de mayo de 2017

HOJA DE RUTA

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
(Jn. 14, 1-12)


Camino, y verdad, y vida, trilogía
de un destino prometido.
En ti, Jesús, resplandece el Dios accesible,
a pesar de su silencio tantas veces irritante.

Tú eres, Maestro, nuestra hoja de ruta
para arribar, sin ilusiones vanas,
a la morada del Padre.

Camino que no se degrada con el tiempo.
Verdad que despeja las dudas del peregrino. 
Vida que repone nuestras esperanzas.

En tu camino, se abren horizontes nuevos.
Transforma, Señor, nuestros baches del alma
en pistas de danza.

En tu verdad, desaparecen dudas y miedos.
Transforma, Señor, en armonía
las discordias de nuestra mente.

En tu vida, se abre la comunión con el Padre.
Transforma, Señor, nuestras ventiscas
en encantos de la calma.
       Y colmarás nuestra sed de eternidad.

sábado, 6 de mayo de 2017

LA PUERTA

… yo soy la puerta de las ovejas.
(Jn. 10, 1-10)


En mis encrucijadas,
hay mil evasivas entremezcladas de penurias,
de ambiciones y de complacencias.
En medio,
sentir tu voz que me llama por mi nombre,
¡qué gozo, Pastor de Israel!

En mi sociedad masificada, donde
no soy nadie, más que un socio del anonimato,
siento a los mercenarios de alrededor,
intentando dominar en la intolerancia de su aprisco,
avasallar en el secretismo de su ambición.

En tu redil no soy un extraño.
Puedo entrar por tu puerta siempre acogedora,
palpar mi yo en la pluralidad de mis hermanos,
gustar tu pasto en la misma artesa de todos…

Tú puerta no crea guetos, no es barrera
cargada de candados.
Tu puerta se abre ante la más débil brisa…
¡Siempre de par en par a la vida!

Atravesar tu puerta, llamado por mi nombre,
es feliz aventura
que sacia mi sed de cielo.

Señor,
en mi silencio, junto a tu puerta,
sepa yo siempre 
discernir bien tu voz de buen Pastor.

miércoles, 3 de mayo de 2017

LEER Y GOZAR



En 1904, escribía Franz Kafka a su íntimo amigo Oskar Pollak que un libro ha de “morder  y pinchar”,  hasta tal punto que  “si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo?” Y se manifiesta contundente al asegurar que “seríamos igualmente felices, si no tuviéramos ningún libro”...  
En mis tiempos jóvenes de estudiante de filosofía,  tales aforismos kafkianos no reclamaban mi atención crítica, tal vez porque en aquellos años mozos admiraba sobre manera al novelista checo de origen judío, tan influyente en la literatura universal.
Hoy al releer la carta a Pollak, no quisiera pecar de presuntuoso. Pero confieso mi discrepancia con esos postulados,  tal vez porque caminando ya en la septuagésima etapa de mi vida, he vivido la feliz experiencia de visitar, cada año, la siempre tumultuosa Feria granadina del Libro y haber presentado durante un largo lustro, en la extinta Sala Cultural Nueva Gala, una centena de libros (novelas, poemarios, historias…)  cuya lectura  nunca “golpeaba como una desgracia dolorosa”, en frase de Kafka, bien al contrario era -y es- el camino para cargar las pilas de nuestra sabiduría particular.
Leer es gozar siempre de un oasis, sea cual fuere, frente a las inevitables horas difíciles de la vida cotidiana.  Es abrirse al mundo del autor para llenarnos de sus emociones y sentimientos, y tratar de escudriñar en su verdad para transportarla a nuestra mente, sin más exigencias kafkianas.
Es éste mi sentimiento, al leer “Crónicas y confidencias de mi ayer” (Gami Editorial, 2016). Sin pretensiones de incentivar la retorica personal, su autor Antonio Martínez viene a estimular nuestra mente y nuestro corazón. Así, la historia sociopolítica y la propia intrahistoria familiar las conduce por derroteros literarios, con genialidad excepcional. Sin falacias ni artificios literarios… Leer su libro, sin duda, es un guiño a la concordia… No muerde ni pincha, a lo Kafka. Pero es gozar.  Simplemente, gozar. 
Antonio, ha sabido hermanar bien historia y novela, sin desdeño de la autenticidad. No es fácil aunar estos dos mundos literarios, con la perspectiva estética de que ha sido capaz. 
Ante este trozo de vida, de cuatrocientas páginas,  vacío de toda prisa y marcado por la sensatez, me olvido de las “frases ya hechas” para tratar de enriquecer su publicidad. El libro habla gozosamente por sí solo. Y, sin duda, nace con vocación de agotarse pronto, por designio “de-las-cosas-bien-hechas”. 

lunes, 1 de mayo de 2017

SER FELIZ

       El aforismo griego "Conócete a ti mismo"  ha sido atribuido en la antigüedad a varios sabios griegos. Y místicos de distintos credos lo han propuesto como principio de felicidad. En este sentido, y para nuestra supervivencia espiritual, no debemos ignorar el camino que propone la ética budista que no es otra cosa que motivar nuestra habilidad interior para enfrentarnos a las adversidades que nos invade la vida ajetreada de nuestra sociedad... Son razones que nos evitarán mucho sufrimiento.


       Y junto a esta ascesis, el humor como terapia de vida feliz. En el "buen humor", como don que se comparte, puede descansar la fuerza interior, moral y espiritual, que nos abra a situaciones de gozo insospechadas.