sábado, 19 de noviembre de 2022

UCRANIA

     EL ESTRUENDO ABSURDO DE LAS BOMBAS


La política internacional está demostrando que estamos ante  acontecimientos sin retorno y que el cansancio informativo nos está llevando a conflictos irresolubles. El estado de permanente beligerancia, llámese violencia del absurdo, llega al umbral de la barbarie desmedida. A Hiroshima, Auschwitz, le Goulag, Vietnam…que  marcaron la tragedia del siglo pasado, se suman los diversos conflictos de nuestro siglo, esparcidos por nuestra actual historia planetaria: guerras, genocidios, esclavitud… y entre todos, la guerra ruso-ucraniana. Sin olvidar el eterno conflicto árabe-israelí o las nuevas hostilidades entre Armenia y Acerbaiyán que en el pasado septiembre dejaron cientos de muertos o el bucle de la violencia que vive Centroamérica y gran parte del continente africano…

 El  grito de Pablo VI en la ONU en su discurso del 4 de octubre de 1965, Nunca jamás la guerra, expresaba el deseo de todo hombre sensato. Sin embargo, la amenaza de una guerra nuclear y la realidad de un conflicto mortal no ha cesado desde entonces, hoy de la propia mano de Vladímir Putin. Ya años antes John F. Kennedy enfatizaba que la humanidad deberá poner fin a la guerra  o la guerra será quien ponga fin a la humanidad. En este tiempo, como entonces, la paz del mundo es vasalla del desequilibrio sustentado por el terror de las armas… No es, pues,  camino para la esperanza el que vivimos bajo el sol. Además de la pandemia viral que todavía colea, se agrega el peso de la locura insensata de la guerra. Cunde el pánico ante el peligro de una nueva guerra mundial de consecuencias imprevisibles. Diría que estamos ante un rito devastador pendiente de drones, misiles y demás artillería pesada.

 El Papa Francisco, que no cesa de clamar contra la guerra,  ha relanzado en su visita reciente a Kazajistán el diálogo religioso como servicio urgente e insustituible para conseguir la paz, aspiración suprema de toda la humanidad.

 ¿Quién, pues, no está hoy preocupado por el problema de la guerra y la paz, la carrera armamentista, la violencia entre las naciones y los medios para reducirla?

 Demencial ha sido la  iniciativa de Vladímir Putin desde el fatídico 22 del pasado febrero, que puso en marcha el mecanismo perverso de una guerra inconclusa (¡8 meses!), convertida en una “empresa industrial” que involucra armas sofisticadas con efectos cada vez más devastadores.

 Es cierto que la violencia siempre ha existido desde que el mundo es mundo y que las matanzas entre pueblos difícilmente han sido episodios “tiernos” en nuestra historia universal. No hay más que recordar a Alejandro Magno. En el pasado, la guerra era a menudo un “ritual”, una actividad caballeresca con consecuencias limitadas. Pero hoy el desarrollo prodigioso de las tecnologías ha multiplicado por millones su poder destructor. Por eso, la búsqueda de una alternativa a la violencia no puede partir de la pura especulación intelectual: se fundamenta en el deseo de conjurar un peligro colectivo, en un afán de supervivencia. La creencia en la virtud del diálogo a favor de la paz se basa en la idea de que los hombres pueden ser razonables controlando sus fanatismos. Pero su apetito de poder, su deseo de dominación escapa al poder de la razón. Llamar a los hombres a la razón cuando siguen decididos a matar es todavía una ilusión.

 Sin embargo, Pacem in terris, el grito desesperado de Juan XXIII, vuelve hoy a resonar en el corazón de Roma, a través de las palabras de Francisco en el Coliseo: En el silencio de la oración, esta tarde, escuchamos el grito de paz: paz sofocada en tantas regiones del mundo, humillada por demasiada violencia, negada incluso a los niños y ancianos, que no se libran de la terrible dureza de la guerra…

Pese a todo ello, hoy Putin se ve a sí mismo como una “figura mesiánica” en connivencia con el Patriarca Kirill, líder de la ortodoxia rusa, subordinado al Estado. El problema radica en la obediencia a los dictados de los líderes… y millones han sido masacrados debido a esta “obediencia”. Históricamente, las cosas más terribles resultaron no de la desobediencia, sino de la obediencia, como ha dicho el historiador  Howard Zinn. Es hora de considerar que los medios presupuestarios dedicados al desarrollo de armamentos deberían llevar a los estados a desplegar sus esfuerzos para organizar la paz y desarraigar la pobreza tan globalizada en pleno siglo XXI.

¡Señores de las guerras, no malgasten ni un minuto más en sus mezquindades! Luchen porque la libertad, la justicia y el diálogo conformen el baluarte psicológico y moral contra la gangrena de la guerras y las muertes. ¡Por Dios, hagan callar el estruendo absurdo de las bombas, pues la humanidad no soporta más el precio de las guerras!

 


viernes, 15 de julio de 2022

SEÑORA DEL CARMEN

 

(Nosa Señora do Carme,

que nos dé o vento en popa,

que somos os de Cariño,

traemos a vela rota.

Traemos a vela rota

e nonos quedan estrobo…)

 


Tú eres la dueña de todas nuestras ilusiones,
Tú eres presencia en nuestras penas y en las sonrisas,
Tú eres el amparo para nuestros desamparos.
Ruede en tu corazón nuestros tristes desánimos.
 
Tú eres el horizonte en océanos y mares,
Tú eres vereda en nuestros bosques enmarañados,
Tú eres maternal abrazo entre nuestros hermanos.
Ruede en tu corazón el río de nuestros llantos.
 
Tú eres, María, norte y guía de nuestras vidas,
eres reto, diálogo, nuestro puerto seguro,
y eres el faro iluminador de nuestras noches.
Ruede en tu corazón nuestras inseguridades.
 
Aurora en nuestros quebrantos, brisa en los afanes,
Oleada de amor para nuestras almas cautivas,
y eres el alma de los inquietos navegantes.
Ruede en tu corazón  nuestra barca a la deriva.
 
Ruede tu bendición en los riesgos, en los barcos,
ruede tu ayuda para alejados y náufragos,
ruede en nuestra indigencia tu dulzura de madre,
Tú, Paloma de paz, santa Señora del Carmen.
 

lunes, 20 de junio de 2022

SENTIMIENTOS


     ¡CUÁNTO OS QUIERO!

 En medio de mis horas amargas,
Hugo y Leo,  mis maños queridos,
oigo, escondidos en mi corazón,
vuestros dulces “ayyyy” de amor.
 
En silencio, calladamente,  hoy
me entrego al bisturí obediente,
como un juego, un paseo de vida
en una noche oscura y amiga.
 
Y  pronto, pronto, una luz divina
me despertará más que travieso,
para poder gritaros de nuevo:
¡ayy, mis niños, cuánto os quiero!
 
                  FIELMENTE
 
Y si he de irme, no  llores mi ausencia,
ni  te ocultes en dolor dolorido.
Que al Cielo yo del todo no me he ido,
si  en mi navegar, la estela es tu esencia.
 
Ahí vivirás mi abrazo, mi beso.
Mi gozo celeste será tu gozo.
Tu esperanza, sí, mi propio alborozo,
y tu propia fe, la fe que profeso.
 
Si aquí se queda mi alma, te prometo
la fortuna de seguir amándote
desde mi corazón,  un trasto inquieto,
 
como arriero de amor pagándote.
A ti, Pepita,  fielmente someto
mi  senda, cual sea.  ¡Dios es mi dote!

              LA PRÓRROGA

A mis amigos,

mis hermanos

 
Es el momento. Llega el celador.
Enmudezco y mis ojos ya los cierro.
Siento que me alejo de ésta mi vida…,
y alguien (¡tal vez yo!)  musita prórroga.
 
Tumbado ya en cama de quirófano,
noto que mi vista ya se me nubla
que mis palabras así ya se enredan…
 Y más siento que ya no siento nada.
 
Ay, en esa paz de sueño asistido,
sobre mi corazón roto, trastean
unas manos graves el bisturí,
 manos amigas,  unas manos sabias.
 
No duerme (¡qué dolor!) quien piensa en mí.
Sus ojos que derramaban sonrisas
ahora  son lágrimas que derraman
ante el Cielo soberano y ¿callado?...
 
Habla  en el silencio. No es utopía.
Dejadme confiar en la prórroga.
Es el momento. Llega el celador…
Mirad y escuchad. ¡Dios es mi prórroga!
 

sábado, 18 de junio de 2022

CORPUS CHRISTI

 


Hoy Corpus…
Vibro por ser harina amasada de tu trigo
y uva triturada de tu lagar.
Vibro por ser altar labrado
a tu vera
en alianza fraterna.
 
Vibro por ser embarazo de un mundo
con techo, con tierra
con trabajo,
hostia que esconde savia nueva,
diseño vivo
de justicia, paz, verdad…
 
Vibro por ser Corpus tuyo,
retazo de un pan
que se multiplica entre los hermanos
sobre el arrellano fatigado de nuestro planeta.
Retazo de la uva derramada
sobre el cáliz humano de todos los sufrimientos.
 
Hoy Corpus
de un Dios humanizado
roto en pedazos de amor
por las samaritanas solteras,
engañadas, violadas
defensoras del niño de sus entrañas.
 
 Hoy Corpus
de los cristos que jamás dicen “no puedo”,
cuando se trata del pan de sus hijos.
 
Corpus Christi, sagrario santo,
hermanado con el hambre y la sed
del asfalto cubierto de verde esperanza.
 

viernes, 13 de mayo de 2022

HOSPITAL

 


                                               VEINTIDOS DÍAS

El celador me ausenta de la quinta planta, camino de la ambulancia. Me aleja de Elisabeth, Abdel, Gilberto, Miguel, Carmen, Antonio, Manuel… tras 22 días de compartir penas y confidencias.

Los doctores me han concedido unos días de asueto en mi casa, para ganar sol y unos paseos cortos por el jardín, pero, sobre todo, para poder corresponder a mis nietos maños que vienen de Zaragoza,  a ver al abuelo Paco.

 Agradezco con toda mi alma al equipo médico este “franco de ría” que me concede por un par de semanas. A todos les he prometido cumplir a raja tabla las condiciones de asepsia que me han impuesto... Al despedirme,  me olvido de mi dolor, y unas lágrimas templan mi corazón. Y veo que mi corazón no es distinto de mis vecinos, ni siquiera mi cuerpo, dolorido como el de ellos, no es de condición distinta

 Estos días, la misericordia ubicua de Dios  me ha llamado a entender que nadie es persona privada. No soy yo quien hace diana en ellos, mi “vecindario paciente”.  Es Èl. He aquí mi grandeza. Y ellos mismos me han permitido entrar en la sembradía de sus vidas. Sólo me he limitado a esparcir algunas semillitas de la Verdad. No la mía. Sin preocuparme si ha caído sobre roca o zarzales o tierra recién arada por Él. Eso sí. Me han mostrado su “mobiliario” interior, muy deteriorado,  tanto como el mío, donde está Él como en Betania, ahí, atento a la dolencia humana. Sí, Él está ahí…Y algo ha rozado mi vida que alivia mi alma como levitando sobre mi vulnerabilidad.

 Al alejarme de sus maltrechos caminos, vibro de gratitud al recordar sus ojos, los de Elisabeth, Abdel, Manuel… abatidos, sus sonrisas sufrientes, sus bondades enriqueciendo mi mediocridad. Sin duda no los volveré a ver, pero en el desfile de mis recuerdos callados rezaré sus nombres. Ya que de sus vidas he hecho mi vida y ya la dejo correr como gravitando sobre el olvido de mi dolor.

El Nazareno se crucificó en ellos, como en mí, y parte de su madero sostiene nuestros nombres. Mi destino es, pues,  parte  de  esa polarización que sufre y goza intermitentemente. Esa es mi victoria. Victoria globalizada en medio de una “armada sanitaria”. Él ha hecho de mi vida servicio suyo. He sido embajada que me confió. Y que, en unos días, espero consumar tras someterme implacablemente a la ciencia del bisturí.

 Gracias a ti, Nazareno.


          ACEPTACIÓN

Desde el lecho que me lleva sereno,

con el ánimo empático del celador,
desde la sonrisa de mis vecinos enfermos
y el sueño de mi Dios nazareno,
nada temo… ¡Todo es gracia, Señor!
 
Desde la sala aséptica y armada,
batas verdes, batas blancas,
desde mascarillas, guantes esterilizados
y el sueño orante de mis hermanos,
nada temo… ¡Todo es gracia, Señor!
 
Desde el viaje de mi imaginación,
la reserva de mis noches más noches,
desde las ausencias de mis ocho decenas de años
y los sueños de esperanza  de Hugo y Leo, mis nietos,
nada temo… ¡Todo es gracia, Señor!
 
Devuélveme a la vida nueva.
a la mía, a la tuya…
¡es igual!...
pues nada temo. ¡Todo es gracia, Señor!