martes, 28 de mayo de 2019

CARTA A JOSU TERNERA


Por su interés, recojo un extracto de la carta que el teólogo jesuita, González Faus, escribe al histórico líder de ETA Josu Ternera, recientemente detenido.

¡Cuánto daño has hecho, hermano! Y consiguientemente: cuánto daño te has hecho a ti mismo. Porque esta es la grandeza de nuestra condición humana: que quien daña al otro se hiere también a sí mismo y el verdugo es más digno de compasión que la víctima. Ahora informan de que padeces cáncer. Ojalá puedas superarlo; y si no, ojalá eso te ayude a comprender que compartes también esa fragilidad de nuestra condición humana que nos hermana a todos tanto como nuestra grandeza.
Por otro lado, sé que fuiste lo suficientemente inteligente como para percibir que la aventura etarra había llegado a un punto en que no tenía salida: dicen que tú eras uno de aquellos enmascarados que leyeron el texto de disolución. Si fue así, eso debemos agradecértelo todos, y tú sabrás mejor que yo el rechazo que te produjo entre algunos compañeros de militancia (como antes le había pasado a Txelís en grado mayor).
Ante estos datos, me pregunto si alguna vez, en aquella vida casi eremítica que llevabas estos últimos meses, te habrás preguntado qué valor y qué sentido ha tenido tu vida, cuando ves ahora que detrás de ti solo quedan cadáveres, vidas destrozadas y corazones rotos de gentes que ni siquiera conocías y que no te habían hecho más daño que el de ser de un lugar y haber tenido una historia y una educación que no coincidían con los tuyos. Me he preguntado si habrás sentido algún vértigo ante ese balance ruinoso, o ante el gran daño que has hecho a tu pueblo al que querías servir. No sé si alguna vez habrás pensado en Gandhi o en Nelson Mandela que, por un camino tan contrario al vuestro, hicieron un bien inmenso a sus pueblos.
Tampoco sé si habrás buscado desesperadamente alguna manera de justificar eso tan injustificable. He oído que la mayoría de tus víctimas todavía vivas dicen que no quieren o no pueden perdonarte: lo comprendo aunque lo siento por ellas: porque eso supone dejar sus heridas abiertas para siempre y sin cicatrizar, siempre sangrando y siempre tentadas de pervertir el hambre de justicia en rabia vengativa. Pero, si has sentido algo de lo que antes dije, quizás en algún momento habrás deseado algo así como un perdón que regenerara tu vida, sin saber dónde puedes buscarlo…

El pecado de la idolatría
Por eso puedo decirte que, para la Biblia (cuando se la conoce bien), no existe en realidad más que un solo pecado, y es la idolatría: porque todo el daño que hacemos a los demás brota de alguna forma de idolatría tácita o explícita. Y eso lo completará luego san Pablo, enseñando que no hay más que un solo mandamiento que es el amor al prójimo: porque todos los demás preceptos del llamado Decálogo confluyen en éste.
Y, si salimos del ámbito cristiano, algo así es lo que intuía el filósofo judío Spinoza cuando escribió: "las pasiones nunca son eliminadas por la razón, sino por otra pasión mayor". Dejando ahora a ETA, creo que, de una manera u otra, lo que decía Spinoza vale para lo que está pasando en buena parte del mundo de hoy: se han despertado pasiones idólatras (que a su vez generan respuestas iguales) y no conseguimos entendernos con la razón; porque sin querer usamos la razón (si es que la usamos) para defender nuestra pasión…
No conozco tu historia y no sé si algo de estas divagaciones que me ha suscitado tu detención, te ayudará a situarte. Prefiero pues acabar volviendo a lo que dije al comienzo: si me has entendido comprenderás también que termine esta carta deseándote lo mejor y enviándote un abrazo fraterno: porque los seres humanos -nos sintamos o no compatriotas, nos sintamos amigos o enemistados-, estamos llamados todos a sentirnos hermanos, en nombre de Aquel que decía a todos los oficialmente “buenos”, que los publicanos y las prostitutas pueden llegar al reino de los cielos delante de nosotros.

Un abrazo.

sábado, 25 de mayo de 2019

ACOBARDARSE


Que no tiemble vuestro corazón
ni se acobarde.
(Jn. 14, 23-29)


Amarte, Señor,
es la llave que en la tierra abre tu cielo,
es la brasa encendida que permanece,
es la opción libre de tu cristianía.

Amarte, Señor,
es vestirme la novedad pascual
frente a cualquier desafío,
es ajardinarme entre flores que no se marchitan,
y frutos que no se secan.

Amarte, Señor,
es guardar tu palabra y gozar de la paz
que el mundo no da,
es entender tu vuelta al Padre
para enviar al Espíritu prometido.

Amarte, Señor
es el privilegio de todas mis libertades,
es la vida que gesta el revulsivo contra el miedo
y la cobardía.

No tiembla mi corazón
ni se acobarda, Señor,
pues Tú eres manantial de Luz,
de Verdad
y de Vida.

sábado, 18 de mayo de 2019

LA AMISTAD


Para este tiempo de Pascua recuerdo este relato de Hermann Rodríguez, S.J:

Cuentan la historia de un soldado que se acerca a su jefe inmediato y le dice: “–Uno de nuestros compañeros no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo”. “–Permiso denegado –replicó el oficial–. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto”. Haciendo caso omiso de la prohibición, el soldado salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial, furioso, le gritó: ”–¡Ya le dije yo que había muerto! Dígame, ¿valía la pena ir allí para traer un cadáver arriesgando su propia vida?” Y el soldado moribundo respondió: “–¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: ‘¡Estaba seguro que vendrías!". En estos casos es cuando se entiende que un amigo es aquel que se queda cuando todo el mundo se ha ido. Los verdaderos amigos no calculan costos, ni están midiendo gota a gota su propia entrega. Un verdadero amigo no sabe de ahorros, ni de moderaciones en la generosidad. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15, 13), decía Jesús antes de su propia entrega hasta la muerte, y muerte de cruz.

domingo, 12 de mayo de 2019

LAS CONOZCO


… y yo las conozco y ellas me siguen.
(Jn. 10, 27-30)


Soy oveja tuya,
gozosamente.
Tú me conoces, Pastor bueno.

Te asomas a mis desmayos
donde escucho tu voz,
donde refuerzas mi amor.

Si hundido me pierdo en mis vacíos,
te encuentro cercano en tu cayado,
autor de mi confianza.

Si mi nombre se arruina en el abismo,
suena enseguida tu silbo amoroso,
asilo de mi debilidad.

En el aprisco de mis noches abrumadas,
Tú musitas consuelo
mientras velas mis sueños.

En mis desalientos,
malherido entre las zarzas de mis huidas,
me atrincheras en tus brazos,
me izas a tus hombros mimosos.

Pastor bueno, Tú me conoces,
soy oveja tuya.
Quiero aferrarme a tu fidelidad,
añorar sólo la riqueza de tus pastos
y seguirte gozosamente por las cañadas de tu mundo…

jueves, 9 de mayo de 2019

ESPERANZA


Benjamín González Buelta, jesuita español, cuyas raíces se han extendido y universalizado en suelo caribeño desde hace más de cincuenta años. Es teólogo y poeta. De él es el siguiente poema, lleno de mística esperanza para este tiempo pleno de zozobra que nos toca vivir...


Esperaré
a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera
con mis hojas secas.

Esperaré
a que brote
el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.

Esperaré
a que apunte
la aurora
y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.

Esperaré
que llegue
lo que no sé
y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa
de todo lo conquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza.

domingo, 5 de mayo de 2019

EN LA ORILLA


… se presentó en la orilla,
(Jn. 21, 1-19)

Soy un triste vagabundo, Señor,
tumbado en la noche.
Encallecido de pies y manos,
y el corazón en soledad,
sin pesca en mis redes de tantos días…
busco la luz de tu brisa en las olas
de mi mar.

Abandoné ayer mi aparejo en la orilla,
mi ilusión también en la orilla descuidé
desorientado…
con el recuerdo de unas espinas,
con el crujido de una lanza,
con las lágrimas de la Madre junto al madero.

Errantes, como yo, sobre la arena,
Juan, Santiago, Natanael, Pedro…
descargaban sus penas de la noche sin pescar.

En la orilla de todas las edades,
Tú, mi Galileo, siempre estás,
escondido en la silueta nueva,
invitándonos a la mar.

… He despertado de mi noche.

El triste vagabundo es hoy
arriero madrugador que busca de nuevo
la orilla
¡para lanzarse a pescar!.

jueves, 2 de mayo de 2019

LA SABIDURÍA DE LOS AÑOS


Acabo de leer  “La sabiduría de los años” (Ed. Mensajero), un libro que da voz a personas con años de experiencia, y está lleno de sabrosos comentarios del papa Francisco. Recojo a continuación algunas frases del Papa que me han servido de profunda reflexión, siempre en ese marco de sencillez que honra al propio obispo de Roma.


SOBRE LOS ABUELOS.
- Nuestra sociedad ha silenciado las voces de los abuelos. Los sacamos del camino.
- No hay que desperdiciar el tesoro de su sabiduría.
- El anciano que envejece bien es como un vino fino.
- Entre jóvenes y ancianos debe existir una alianza. Ha llegado la hora en que los abuelos deben soñar para que los jóvenes puedan tener visiones.
- Sólo si nuestros abuelos tienen el valor de soñar, y nuestros jóvenes imaginan  grandes cosas, nuestra sociedad saldrá adelante. Si deseamos  tener una visión de nuestro futuro, dejemos que nuestros abuelos hablen, permitámosles compartir sus sueños con nosotros. ¡Hoy día necesitamos abuelos que sueñen!
- Nuestros ancianos representan un depósito de sabiduría para nuestra sociedad.
- Deberíamos hacer un esfuerzo para recuperar una respetuosa actitud de agradecimiento, aprecio y hospitalidad que consiga que nuestros ancianos sientan que verdaderamente forman parte de la comunidad.
- Hoy día, los jóvenes necesitan los sueños de los ancianos para poder tener esperanza en el futuro.
- Sin el testimonio de vida de los ancianos, los planes de la gente joven carecerán de raíces y de sabiduría.
- El testimonio de los ancianos logrará contribuir a que los jóvenes miran más allá del horizonte para ver las estrellas.
- La mirada paciente de una abuela da paz y tranquilidad.

SOBRE LOS FRACASOS.
- Los fracasos  son fuente de gran sabiduría.
- El miedo nos encierra dentro de nosotros mismos.
- A la vida no le impongas cronología.
- Los jóvenes se ven presionados por tenerlo todo y tenerlo de inmediato.
- Los errores son muchas veces la materia prima de los milagros.
- Los tapices están llenos de ironía. El reverso del tejido puede parecer desordenado con sus hilos enredados, y tal vez sea ése el lado con el que nos obsesionamos. El lado bueno del tapiz muestra una historia magnífica. Y ése es el lado de Dios.

SOBRE LA MUERTE 
- La muerte es el camino que lleva a Dios.
- La muerte es un paso más en la vida.
- La muerte no es oscuridad, sino luz que viene de fuera.

SOBRE LA ESPERANZA
- No desear hacer historia es una actitud de parásito.
- La esperanza puede leerse en las arrugas.
- En las arrugas de los rostros de los hombres y mujeres mayores pueden leerse las esperanzas de toda una vida.
- Quejarse oxida el alma.