Un buen amigo, generoso por demás, ha tenido un nuevo detalle conmigo. Me ha hecho partícipe de este décimo de lotería.
Yo no quiero ser menos generoso, y deseo compartirlo también con cuantos me “sufrís entre los retales de mi bancal”. Ojalá que nuestra globalidad se manifieste en concordia y solidaridad humanas, en el trabajo y pan para todos, en la desaparición de toda metralla… y en el barrido de tantos cacos de la política y de los bancos que deambulan entre nuestros dineros. Sólo así podremos vivir una
¡Feliz Navidad!
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