A tantas víctimas inocentes de la metralla.
A la multitud de manos blancas,
dignamente muertas de rabia contenida.
A cuantos ¡por fin! nos gozamos
en el abandono de la violencia por parte de ETA....
Pero ahí queda para la memoria histórica...
Ayer, he llorado al ver
en el huerto de mis lágrimas
el cerezo blanco
asesinado
por el granizo malvado.
Y hoy, he llorado al ver
en el huerto de mis lágrimas
el almendro en rosa y blanco
asesinado
por la satánica escarcha.
Ayer y hoy,
he llorado al ver
millonarias manos asesinadas
en el asesinato
de centenas de miguelángeles blancos.
Y mañana,
¿habrá más llanto?
Mañana, ay, mañana,
tendré que llorar al ver
en el huerto de mis lágrimas
la celinda de pétalos fragantes,
destrozada, aniquilada,
asesinada…
por el hielo repugnante.
¿Hasta cuándo
en la calle de todos o de nadie,
o en la cárcel de mañana,
impunemente,
correrá cava entre hienas
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