A Silvia y Juan Jesús,
retoños de amor.
En la pradera de mi lento otoño,
siento como de un sueño el palpitar,
con la brisa mágica, un retoño.
Mimos de luna veo gravitar
sobre ilusiones y mil esperanzas.
Cantan fantasías los pentagramas
de música, de amores y de danzas.
Y un jilguerillo aletea con tramas
de venturas en fuente remansadas
aguardando la tarde del retoño.
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